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La Hermandad del marido de Aguirre pierde más de dos millones de euros mientras cierra su colegio y su residencia

Mensajes contra el hermano mayor y máximo dirigente de la Hermandad del Refugio, Fernando Ramírez de Haro (marido de Esperanza Aguirre), en las paredes del colegio Purísima Concepción, cerrado en junio de 2023.

Guillermo Hormigo

Madrid —
31 de agosto de 2024 21:17 h

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La Hermandad del Refugio nació en 1615 con el objetivo de “ayudar a los necesitados de Madrid”. Es una de las entidades históricas de la ciudad que, sin embargo, en los últimos años ha dejado de lado dos de las principales herramientas para esta labor con la clausura de la residencia de ancianos necesitados en la calle Pez (convertida en un hostel para turistas) y el fin de la actividad en el colegio concertado pero de precios modestos Purísima Concepción (cuyo nuevo uso sigue sin conocerse). Ambas polémicas decisiones han coincidido con la llegada a la presidencia de la institución de Fernando Ramírez de Haro, marido de Esperanza Aguirre y actual conde de Bornos.

Ambos espacios comparten una ubicación envidiable, en la zona de Malasaña más cercana a la Gran Vía. Inmuebles muy cotizados que pueden paliar la difícil situación económica de la entidad, a tenor de las auditorías públicas de la Hermandad en 2022 y 2023. Documentos que deben compartir por ley y que pueden encontrarse en este enlace. En ellos, la organización que tiene a Ramírez de Haro como hermano mayor refleja más de dos millones de euros en pérdidas solo en los últimos tres ejercicios contables.

La memoria económica de 2022 detalla 270.938 euros en pérdidas, y recoge además las de 2021: casi 122.000 euros. Pero la situación se ha recrudecido en 2023, con un balance negativo de 1,7 millones. La Hermandad lo justifica en el propio documento por “las indemnizaciones a los profesores del Colegio Purísima Concepción por un valor total de 1.276.703 euros”. La entidad reconoce que “los ingresos normales de explotación no han compensado el déficit de las actividades desarrolladas por nuestra Hermandad del Refugio”.

El Refugio comenzó en 2016, después de cuatro siglos de recorrido asistiendo a los más necesitados, un drástico cambio de su modelo. La entidad puso fin a su actividad en el centro de la calle Pez, que por entonces contaba con 45 camas y 26 empleados. La justificación que ofrecieron entonces sus responsables para el desalojo era la de intentar paliar unas pérdidas económicas de 1,4 millones de euros, una situación que ocho años después no solo no se ha revertido sino que ha empeorado.

Por aquel entonces la Hermandad cerraba su residencia para mantener iniciativas como el colegio concertado de precios económicos donde acudían 300 alumnos, aseguró la orden religiosa en una carta enviada a los residentes donde además detallaban sus cuentas. Pero en la actualidad solo mantiene el comedor social en el edificio anexo a la iglesia de San Antonio de los Alemanes y el reparto de alimentos a los desfavorecidos.

Siete años después de ese primer paso atrás en la residencia de mayores necesitados, el Refugio clausuraba en 2023 el centro educativo con 372 años de historia pese a la presión de las familias, sus manifestaciones y a que a finales de 2022 Ramírez de Haro les envió una misiva prometiendo que alargaría la actividad del colegio hasta el verano de 2024. Con ello buscaba otorgar más tiempo de encontrar alternativas a los cientos de afectados, pero finalmente dio marcha atrás y el cierre fue fulminante en pocos meses. El cese de actividad produjo hace un año más de 40 despidos. Los alumnos fueron recolocados en otros colegios de la zona, centros sin la misión caritativa que caracterizaba al de la Purísima Concepción.

En paralelo, la Hermandad reveló sus verdaderos planes para el antiguo centro de acogida: convertirse en un alojamiento turístico coincidiendo con la llegada de José Luis Martínez-Almeida a la alcaldía de la capital, ya que hasta la salida de Manuela Carmena de Cibeles no se produjo ningún movimiento conocido. Ramírez de Haro asistió en abril a la boda del regidor, enlace que abandonó declarando a la prensa haber “bebido mucho” mientras iba al volante, acompañado de su esposa, la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre.

Este periódico ha tratado de contactar con la organización religiosa para comprobar si la cesión a otra empresa de la residencia de acogida para su conversión en un hostel (un albergue enfocado a turistas internacionales) trata de paliar estos datos. También para conocer la previsión de cara a 2024 una vez completada esta operación y el cierre del colegio. La Hermandad no ha atendido por el momento las preguntas trasladadas, argumentando que sus responsables se encuentran fuera de Madrid.

Nexos con otros polémicos alojamientos turísticos

Los alojamientos temporales cuentan con mucha mayor rentabilidad que los alquileres tradicionales. La Hermandad transformó el centro en un local dedicado a este modelo firmando primero un contrato en 2020 con la empresa Asistencia y Ayuda Yadisema S.L., a la que cedía las obras y su posterior explotación durante los próximos 20 años. Más tarde, a través de un plan especial pedido al equipo de Almeida por el que proponía levantar el hostel con el que facturar más de tres millones de euros anuales. El consistorio aprobó en 2022 el proyecto con los votos a favor del PP, Ciudadanos y Vox. PSOE y Más Madrid votaron en contra entre quejas por “la terciarización y la turistificación del centro de Madrid”.

Una vez desarrolladas las obras, el negocio turístico de Pez abrió este agosto. Lo ha hecho bajo el nombre de Adventure Hostel Gran Vía, con camas desde 31 euros en habitaciones compartidas con hasta otras 13 personas, indica en su página web. Su licencia de actividad, concedida por el Ayuntamiento de Madrid recientemente y a la que ha tenido acceso este diario, permite un aforo de hasta 551 personas en el edificio, que tiene una superficie de 2.600 metros cuadrados. Un negocio muy distinto al de asistir a los 45 ancianos que habitaban la antigua residencia.

La empresa que pidió el plan especial para abrir el hostal y gestiona actualmente el negocio es Asistencia y Ayuda Yadisema S.L., una compañía creada para este negocio, que a su vez cuenta como socia única a otra empresa, Jima Patrimonial de Hostales. En ambas empresas figuran como administradores Ignacio Núñez Luque y Miguel Ángel Garrido, quienes también controlan Hostalcarria Hostales, una compañía que gestiona un negocio turístico en el entorno de la Plaza Mayor de Madrid.

Jima Patrimonial está detrás de otro de los negocios hoteleros más polémicos del centro de Madrid: es la que tramita la apertura de un hotel sobre el antiguo Convento de las Recogidas, en la calle Hortaleza, actualmente en propiedad de UGT y que arrendó el inmueble para su explotación turística. El inmueble llegó a ser okupado brevemente en el año 2022 para denunciar la especulación del turismo en el centro de Madrid. Los responsables afearon al sindicato que participara en el proceso de conversión de la ciudad en foco del turismo de masas, “sumándose a las políticas neoliberales del consumismo”. Esas mismas políticas a las que la otrora altruista Hermandad religiosa del Refugio parece haber confiado su porvenir.

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