La calle Manzana era desde hace años uno de los lugares más incómodos para caminar por Malasaña. Sus estrechas aceras hacía difícil el tránsito de peatones, que acababan caminando por la calzada ante la falta de espacio y el escaso tráfico que presentaba.
El espacio para aparcamiento de la calle estaba además desperdiciado por motivos de seguridad: la presencia del Ministerio de Justicia en uno de sus laterales impedía desde hacía años estacionar a su lado y grandes jardineras ocupaban este espacio pensado inicialmente para los coches, que tampoco era ganado para los peatones.
El Ayuntamiento de Madrid acaba de peatonalizar la calle Manzana, eliminando los bordillos y plantando varios árboles a lo largo de la vía. Para darse cuenta de la mejora solo hay que recordar cómo era antes este tránsito:
La peatonalización de Manzana ha resultado una sorpresa para el vecindario, ya que no estaba incluida inicialmente en los planos de obra para la reforma del entorno de Mostenses, que también convertirá en exclusivas para los peatones otras calles como Antonio Grilo o la travesía de las Beatas. Los detalles los publicamos hace unos meses en Somos Malasaña.
Con la conquista peatonal de Manzana se abre un camino casi libre de coches desde San Bernardo hasta Plaza de España, partiendo desde la citada calle recién reformada y siguiendo por San Ignacio de Loyola, que ya tenía el tráfico restringido pero que ahora está volviendo a ser reformada para adaptar su estética al entorno y plantar árboles. Un itinerario a tener muy en cuenta porque la opción alternativa -la calle Reyes- presenta escaso espacio para los peatones en varios de sus tramos.
Estas reformas se complementan con la ampliación del espacio peatonal en el entorno del Mercado de Mostenses y la eliminación de los bordillos en la zona de Conde Duque, donde también se han ensanchado las aceras de Noviciado.