Ayer por la tarde, en la plaza del Dos de Mayo, un grupo de vecinos demostró que para organizar una gran fiesta infantil de Halloween no hace falta más que voluntad.
De manera casi improvisada, algunos padres y madres del colegio Isabel la Católica citaron a amigos y conocidos en la zona de juegos que hay ante el centro Pi y Margall, la cual habían acondicionado con telarañas, calabazas y recortables. Comida, bebida y muchos niños disfrazados fueron los ingredientes de un exitoso encuentro que es probable que acabe por convertirse en una cita fija en próximos años.