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La Venus Rubia, la hija del clown y el director anarquista: el maravilloso reparto de Carne de fieras

Fotograma de Carne de fieras con Marléne Grey

Luis de la Cruz

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Junio de 1936, las enormes siluetas recortadas en cartón de una mujer desnuda adornan una camioneta que recorre el centro de Madrid ante las miradas atónitas de los viandantes. La Venus Rubia, Marléne Grey, actuaba aquellos días con su número de doma en el Teatro Maravillas, tras haber pasado antes por el Price.

Grey había llegado a España para hacer la gira de las verbenas pero la huelga de la construcción hizo que su número se quedara en la capital. Según la prensa del momento (Crónica, 28-06-36), la francesa “se ofrenda como una diosa pagana a los leones, exponiendo su cuerpo escultural ante las enormes bocas abiertas de las fieras”. Hasta 14 veces al día repetía el número esta estajanovista del erotismo circense.

Tras la fusta que controlaba a las fieras estaba el domador Georges Marck y teloneándola el Hombre Autómata, un falso muñeco articulado que se llamaba en realidad Jack Sidney y era el marido Marléne Grey. Este era el elenco exótico que, escapado del circuito verbenero, había revolucionado aquel Madrid a punto de la guerra y la revolución política.

Es entonces cuando, de la mano del productor Arturo Carballo, entra en escena en esta historia otro personaje cosmopolita y fascinante: el director de cine anarquista Armand Guerra, que se hizo cargo del guión y la dirección de lo que debía ser una película con los mimbres frívolos del espectáculo circense: Carne de fieras.

José Estívalis Cabo —este era el verdadero nombre de Guerra— había sido miembro de la cooperativa Le Cinéma du Peuple, realizando en París la primera parte de la película histórica La commune (1914). Vivió la Rusia bolchevique, la Alemania de la República de Weimar y la España de la Guerra, donde, tras acabar el rodaje alimenticio de Carne de fieras, marchó con su cámara al frente. Desgraciadamente, no se conservan apenas fotogramas suyos, pero podemos conocer más sobre tan fascinante personaje leyendo su A través de la metralla. Escenas vividas en los frentes y en la retaguardia, reeditado por La Malatesta en 2005.

Marléne Grey y el indispensable domador fueron contratados para reproducir su número en la película. El Hombre Autómata también tendría una pequeña aparición en pantalla. Para completar el elenco del melodrama folletinisco con el que su productor, el mencionado Carballo, quería reeditar su éxito comercial de Frivolinas (1926, con la presencia de Rámper, del que hablamos en su momento), se contó con la conocida vedette Tina de Jarque, que interpreta a una antigua cabaretera, esposa adúltera (y a punto de divorciarse) de un boxeador que, interpretado por el actor Pablo Álvarez Rubio, se enamora del personaje de Grey al verla actuar en la jaula de los leones.

La historia, un desarrollo escrito a posteriori como excusa para explotar el éxito del número, podría estar parcialmente inspirada en la vida de Jarque, ya que esta mantuvo una relación sentimental con Paulino Uzcudun, el boxeador español más famoso del momento.

Constantina de Jarque Santiago provenía de una familia de artistas: nieta del clown Santiaguini e hija del mítico payaso Tonitoff, había viajado con su familia por toda Europa. Dicen que no era una gran cantante, pero su belleza, simpatía y conocimiento del artisteo hicieron que pronto triunfara como artista de variedades y cupletista.

El final de Tina de Jarque es a día de hoy un misterio. Pese a que había participado en diferentes festivales de apoyo a la República en el Madrid en guerra, se sabe que fue ¿detenida? por el cenetista Abel Domínguez porque se sospechaba que podría estar en contacto con la Quinta columna. El conocimiento de la alta sociedad derechista de la vedette, probablemente, colaboró en la sospecha y, según Javier Barreiro, se pensaba que podría haberse prostituido con oficiales del bando nacional.

Lo cierto es que nada está claro desde este momento acerca de Tina de Jarque, excepto que Domínguez y ella emprendieron la huida de Madrid. En la Causa General franquista, una prima suya dijo que la pareja fue fusilada en enero de 1937 por milicianos anarquistas en Castellón, aunque lo cierto es que las pesquisas posteriores para encontrar sus cuerpos fueron infructuosas y no faltan las versiones (poco probables) sobre su paso al bando nacional y supervivencia con otra identidad. ¿Republicana?, ¿emboscada?, ¿mujer vadeando las circunstancias en busca de la supervivencia? Difícil de saber. Preguntada unos años antes en un reportaje de Crónica (1933) por su político favorito, la Jarque se decantó por el socialista Indalecio Prieto: “por guapo, ¡Y ahora que rabien los demás!.” Sin embargo, su asociación con Uzcudun, activo colaborador del bando franquista, bien podría levantar suspicacias en sentido contrario.

La película se rodó pese a los complicados avatares de un Madrid en guerra (algún miliciano aparece de fondo), pero no se estrenó hasta 1992. Su argumento de adulterio y los desnudos femeninos no eran presentables en la España franquista y los rollos hibernaron, perdidos y cogiendo polvo, hasta principios de los noventa, cuando aparecieron y fueron restaurados. .

Armand Guerra murió de una apoplejía en Francia al poco de terminar la guerra, tras una serie de episodios que no caben en este artículo coral. No se sabe a ciencia cierta qué fue de la Venus Rubia, el domador y El Hombre Autómata, aunque sí que, antes de regresar a Francia, el elenco de la película participó en un festival pro-heridos de guerra organizado por la CNT en la Plaza de Toros de Madrid, el 23 de agosto. Hemos encontrado reproducidos, aquí y allá, rumores que dicen que uno de los leones atacó a Grey, acabando con su vida ya en Francia, aunque no parecen tener demasiada base. Sus rastros, como el de la película durante tantos años, se desvanecieron en la confusión de una Europa en llamas.

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