Esta semana los Jardines del Arquitecto Ribera estrenarán zona para perros y también verán ampliado su exitoso espacio de huerto urbano. Las modificaciones se aplicarán en la franja más próxima al colegio Isabel la Católica. El parque contará con la única zona exclusiva para perros de todo el barrio de Universidad, espaciosa y vallada. Por otra parte, los 84 metros cuadrados en los que se ha desarrollado y afianzado el proyecto del Huerto Barceló prácticamente se duplicarán.
El diseño y recuperación de los Jardines del Arquitecto Ribera partió de un proceso participativo liderado por la plataforma Vecinos Haciendo Jardines y que arrancó estando el PP al frente del ayuntamiento de Madrid. De las consultas a la ciudadanía sobre los elementos que debería tener la nueva zona verde de Malasaña se obtuvieron tres proyectos de reforma y, mediante votación popular, se eligió uno de ellos que, en principio, sería el que se debería haber ejecutado.
La llegada de Ahora Madrid al gobierno municipal hizo que se modificara el proyecto ganador y se construyera finalmente el que tenemos en la actualidad, aunque con el compromiso de que una mesa de seguimiento del parque analizaría el funcionamiento del nuevo espacio con el objetivo de mejorarlo según el uso que le diera la ciudadanía.
El tiempo ha pasado y desde la Junta Municipal de Centro se ha detectado la necesidad de habilitar un espacio para los perros dentro del parque. La zona elegida para construir el mencionado recinto, la misma que de forma semiespontánea vienen utilizando ya los canes que frecuentan esta área verde y donde hasta ahora había plantados pequeños arbustos.
Por otra parte, la decisión de los representantes municipales de ampliar la superficie que ocupa el llamado Huerto Barceló habría sido adoptaba ante la buena marcha del proyecto de huerto urbano, un elemento que se introdujo a última hora en el diseño definitivo de los jardines merced al empeño de un grupo de personas vinculadas con el AMPA del CEIP Isabel la Católica, que fue la asociación que en 2018 consiguió la gestión del espacio para inmediatamente abrir el huerto a cualquier persona del barrio interesada en “hacer del huerto un punto de encuentro ciudadano desde donde promover la cultura ecológica, aprender de la naturaleza y fomentar la pedagogía verde”.