Los 'obstáculos' que afean la semipeatonalización de Palma, San Vicente Ferrer y Espíritu Santo

La capacidad del ser humano para resistirse a los cambios es enorme. Uno de estos ejemplos lo podemos encontrar a diario en Malasaña, en las calles Palma, San Vicente Ferrer y Espíritu Santo, que perdieron sus coches aparcados hace meses, pero que siguen siendo utilizadas para estacionar vehículos e incluso contenedores, en los resquicios que lo hacen posible.

La imagen que ilustra estas líneas la puede ver cualquier vecino que pasee estos días por Espíritu Santo: los responsables de una obra en el número 21 de la calle han colocado un contenedor para escombros sobre el alcorque vacío de un árbol que fue tumbado hace tiempo por un vehículo que intentaba aparcar. El resultado: bloqueo del espacio ganado para los viandantes con la semipeatonalización de este tramo de la calle, que tuvo lugar el pasado mes de marzo.

La intervención urbanística municipal, que ha mejorado notablemente el tránsito por todas estas calles, se ejecutó con un presupuesto mínimo, colocando bolardos donde antes había coches aparcados e instalando señales de prohibido aparcar a lo largo de todos los tramos intervenidos. Sin embargo, la desaparición de algunos árboles en estos meses ha hecho aparecer huecos de estacionamiento que aprovechan habitualmente los conductores.

Además, algunos motoristas siguen dejando sus vehículos en estos tramos, pese a que tienen prohibido aparcar y a las decenas de multas que impusieron los agentes de la Policía Local durante las primeras semanas de la nueva configuración de las calles.