Aparcabicis del Dos de Mayo, cualquier mañana: todos los soportes están ocupados, pero solo uno de ellos de forma tradicional (con una pequeña bicicleta de un escolar). El resto de bicicletas candadas son de alquiler, pertenecen a una empresa privada que utiliza el sistema de free-floating (sin estación asignada) para poner sus vehículos al servicio del que los desbloquee desde su teléfono móvil.
Hasta el momento en Madrid solo opera la compañía Donkey Republic, la que tiene copados los aparcabicis del Dos de Mayo y de otras calles de Malasaña como Valverde o Barceló, pero se prevé la llegada de más empresas, que ya han anunciado al Ayuntamiento sus intenciones de instalarse en Madrid. Las escasas barreras de entrada a este nuevo mercado, que no pagan ni un euro por el uso de los aparcamientos públicos, facilita su desembarco en la capital.
Ante esta situación el equipo de Gobierno ha anunciado que, aunque se declara “abierto a apoyar cualquier nuevo modelo de movilidad que ayude a conseguir una ciudad más sostenible y mejor calidad del aire”, es consciente “de los aspectos negativos de la llegada de estos sistemas a otras ciudades, como la ocupación masiva del espacio peatonal y de los aparcabicis”.
Por esta razón el área de Medio Ambiente está preparando “una regulación especial para el caso de las flotas de bicicletas en alquiler sin base fija”, informa en una nota de prensa. Además, estudia incluir en su nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible una limitación a la colocación de estas bicicletas en los aparcabicis callejeros y advierte: “En el caso de que alguna empresa llegue a Madrid antes de que se lleve a cabo esta regulación, el Ayuntamiento va a ser estricto con el cumplimiento de las ordenanzas actuales”, declara.