Excavar en el subsuelo del centro de Madrid casi siempre arroja sorpresas. Más aún si la obra tiene lugar en pleno corazón de Gran Vía. Este lunes lo comprobó Metro, que se topó con el hueco del ascensor que Antonio Palacios diseñó para una de las primeras estaciones del suburbano, hace cien años.
El hallazgo, anunciado por la asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio (MCyP) en El País, supuso ayer la paralización de las obras por parte de la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid. En principio, los trabajos están detenidos pero la excavación va a continuar “para ver qué hay debajo, qué es lo que se conserva de la estructura original y qué parte se destruyó en la reforma que sufrió la estación en los setenta”, explicó un portavoz de la Comunidad de Madrid al citado rotativo. Los trabajos de excavación están teniendo lugar con maquinaria pesada en el hueco del antiguo ascensor, según pudo comprobar in situ el periódico Somos Malasaña en la mañana del martes.
La asociación MCyP la que advirtió a Metro en noviembre de 2017 que se podría producir el hallazgo del hueco del ascensor, gracias a un estudio que elaboró superponiendo los planos del proyecto de remodelación con los de la antigua estación. “En su momento nos dijeron que no tenían constancia de ello, en base a unos informes que no llegaron a mostrarnos”, explican fuentes de la asociación a Somos Malasaña. El tiempo les ha dado la razón a sus advertencias: en febrero apareció un vestíbulo del año 1934 y ahora el hueco del ascensor original.
Está por ver si en el lugar aparece la antigua escalera de bajada al metro, con un enrejado que también dataría de hace casi cien años. Desde MCyP prefieren esperar a los resultados de la prospección arqueológica que acaba de iniciar Patrimonio, pues desconocen si se mantiene intacta o fue retirada en algunas de las diferentes obras de reforma que ha sufrido el lugar. “La escalera podría aparecer en el arco que ha quedado visible, que atraviesa de un lado al otro del pozo”, apunta desde la asociación.
También es posible que aparezcan los característicos azulejos blancos biselados de los diseños de Antonio Palacios, que existieron en Gran Vía y que a día de hoy se pueden contemplar en museos como el de la estación de Chamberí. Desde MCyP reclaman que se integren los restos originales en el futuro proyecto de remodelación de la estación de Gran Vía, que está siendo reformada para conectar la infraestructura con el Cercanías de Sol y para instalar cuatro ascensores que la hagan totalmente accesible. También reclaman que en proyectos como este se hagan labores de arqueología preventiva, al menos a la vez que se redacta el proyecto, para evitar que los hallazgos posteriores obliguen a modificarlo.
La reforma de Gran Vía incluye colocar en superficie una réplica del templete que diseñó Antonio Palacios para el ascensor original que estrenó la estación en 1919, año de inauguración del servicio metropolitano de Madrid. Esta iniciativa se ha encontrado con dos escollos por el camino: por un lado, el del Ayuntamiento de O Porriño, que se negó a devolver el citado templete y anunció que incluso mejoraría su entorno para ponerlo en valor. Y por otro, el de las asociaciones defensoras del patrimonio como MCyP, que alertaron del derribo de elementos históricos de la estación de Gran Vía por la reforma.
La Comunidad de Madrid tiene previsto acabar el nuevo intercambiador de Gran Vía antes de las elecciones de mayo de 2019. Pero los hallazgos patrimoniales hallados esta semana podrían retrasar la obra. Desde la Comunidad de Madrid afirman que “todavía es pronto” para saberlo. Debido a estas obras, la estación de Metro de Gran Vía cerró el lunes y no volverá a abrir hasta abril de 2019.