El próximo 5 de julio empezarán las obras de reforma del edificio municipal del número 36 de la calle Palma en el que se ubica el centro sociocultural Clara del Rey y los usuarios de los distintos cursos que se imparten en este espacio aún no saben si la Junta de Distrito Centro los dejará sin clases a partir de octubre, fecha en la que tras el parón veraniego regresa este tipo de oferta pública a todos los centros culturales de la ciudad, dependientes de los distritos. Por el momento, han visto cómo ya se pueden reservar plaza en todos los centros menos en el suyo y se temen lo peor.
Al mismo tiempo, los 28 trabajadores que hay en Clara del Rey tampoco saben nada sobre su futuro laboral de cara al próximo año a escasas tres semanas de que se acabe el presente ejercicio y sus contratos.
Ni usuarios ni trabajadores creen que sea de recibo esa desinformación tan cerca de que concluyan las clases de unos y los contratos de la mayoría los otros -los profesores, 24, son fijos discontinuos.
Por su parte, la directora del centro cultural, Pilar González, tiene claro que el futuro de Clara del Rey pasa por instalarse en el edificio del Museo ABC y aboga por trasladarse a ese lugar cuanto antes: “Haré todo lo posible para empezar en octubre en el ABC. Nos queremos ubicar ya allí como sea, para que el barrio no nos pierda como referencia. Las salas del museo son diáfanas, pero podremos separarlas de forma provisional. Nuestros técnicos ya han visto el lugar y podríamos apañarnos”.
A instancias de Somos Malasaña, la Junta Municipal de Centro lo único que ha dado es una escueta y contundente respuesta al respecto: “Clara del Rey sí tendrá edificio el próximo curso”.
Tal y como se aprobó en el pleno municipal de Centro celebrado el pasado febrero, Clara del Rey se trasladará al edificio del Museo ABC del dibujo y la ilustración. Sin embargo, para que esto suceda, el Ayuntamiento aún necesita llegar a un acuerdo con la Fundación Colección ABC, entidad que tiene cedido el uso del edificio de la calle Amaniel 29. Las obras que están a punto de comenzar en Palma 36 están destinadas a anexionar los 700 metros cuadrados de ese espacio a la Escuela Infantil el Duende.
Todo queda pendiente de algo que se sigue negociando, ajeno al centro cultural pero definitivo para su futuro inmediato. El grupo municipal socialista llevará al pleno del distrito que se celebra este miércoles una pregunta sobre el estado de esas negociaciones y quizá entonces se pueda saber algo más.
En caso de que no llegara el prometido edificio para Clara del Rey antes de octubre existiría la posibilidad de reubicar temporalmente los cursos que se vienen impartiendo en este lugar en los otros dos centros socioculturales que hay en el distrito -Lavapiés y Puerta de Toledo-, aunque sería una solución que se antoja complicada, dado que supondría sobrecargar a esos centros de material y de personas, máxime cuando el curso 2021-2022 aún arrancará con las restricciones del 50% en el ratio de alumnos que se han venido aplicando desde que se retomaron las clases presenciales tras el confinamiento.
Los profesores que imparten cursos en los centros socioculturales municipales no están contratados por el Ayuntamiento, sino que son trabajadores fijos discontinuos cuya nómina corre a cargo de las empresas que se adjudican las correspondientes contratas que cada dos años sacan las distintas juntas de distrito.
En Clara del Rey la adjudicataria desde hace más de una década es Tritoma, una de las tres grandes empresas del sector que se reparten la práctica totalidad de los centros socioculturales de Madrid. La mercantil está a la espera de que desde la Junta del Distrito se le diga algo para poder decir a sus empleados si contará o no con ellos después del verano.
En Malasaña hay interés en los cursos municipales que oferta Clara del Rey y que, además, cuestan alrededor de tres veces menos del dinero que se pide por una formación similar privada. Las clases están llenas.
Más allá de la parte formativa, la importancia de los centros culturales de barrio como el que aún está en la calle Palma radica en la capacidad que tienen de crear tejido social y de convertirse en un espacio de relación intergeneracional del que surgen grupos heterogéneos de personas.
En una zona tan falta de dotaciones como es Malasaña un posible año en blanco en este sentido ahondaría en esa grave carencia y no es algo que no pudiera haberse previsto. De hecho, antes del cambio de poder en el gobierno local el anterior equipo municipal tenía muy avanzado el proyecto de traslado del centro cultural al edificio de San Bernardo 68 y, aunque no lo había comunicado oficialmente, tanto la dirección como los trabajadores de Clara del Rey eran conocedores de esos planes.
Con la llegada a la presidencia del distrito del popular José Fernández se paralizó el anterior proyecto. En una decisión política que el mismo concejal dijo asumir en primera persona, decidió que se instalaran oficinas municipales donde se iba a reubicar el centro cultural y, aunque el edil anunció primero que se buscaría nueva ubicación para el mismo en las instalaciones del cuartel del Conde Duque, posteriormente rectificó apuntando como destino hacia las dependencias de un Museo ABC cerrado por la pandemia y con problemas de viabilidad para mantenerse en funcionamiento por sí mismo. En julio harán ya dos años de todo esto.
Que las remodelaciones de los centros culturales son complicadas es algo sabido y algunas de las que se han llevado a cabo en otros distritos han implicado el cierre temporal de los mismos. Sin embargo, trabajadores de Clara del Rey lo que denuncian aquí es una “falta de previsión absoluta” y, a la vez, “desidia y falta de interés” por evitar algo que desde hace tiempo se sabía que iba a llegar.
“Desde hace al menos un par de meses hemos estado dando clases con interrupciones de técnicos que entraban en las aulas para ver las paredes que iban a tirar y las que no en las obras que empiezan en julio. Si no encuentran un espacio alternativo para darnos también podían retrasar el inicio de esas obras”.
Según la Junta de Centro, nada de eso será necesario porque para octubre, inicio de curso, Clara del Rey tendrá su espacio. Será cuestión de tener fe en esas palabras a falta de una deseable claridad sobre el estado del asunto.