El fotógrafo Alejandro del Estal arrancó en agosto de 2012, sin casi proponérselo, un proyecto fotográfico con el que lleva casi una década: Malasaña Pivot.
Coloca a personas desconocidas delante siempre de un mismo bolardo, situado en una esquina del barrio de Malasaña, y les pide que hagan lo que quieran. No hay más reglas ni límites: rienda suelta a la creatividad de cada quien ante su cámara. El resultado, alrededor de 1500 imágenes de lo más variopinto y un proyecto artístico, divertido y lúdico, con cierto valor sociológico.
¿Por qué ese bolardo en concreto, por qué esas personas? La casualidad es la respuesta tanto a estas como a casi todas las preguntas que podamos formularnos en torno a este proyecto del que cualquiera de nosotros quizá podamos formar parte como modelos algún día: podría bastar con encontrarnos a Del Estat en un bar en algún momento, o bien para no dejarlo todo al azar, estar atentos a los avisos que, de vez en cuando, publica en su cuenta de instagram sobre cuándo va a realizar nuevas sesiones en su esquina fetiche.