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Ocho meses esperando al desmontaje del “quiosco antiprostitutas” del Ayuntamiento por un cable eléctrico

Desde el pasado otoño un puñado de hierros oxidados y maderas desvencijadas ocupa la parte central de Soledad Torres Acosta, más conocida como plaza Luna. Son los restos de una terraza que autorizó en el año 2010 el Ayuntamiento de Madrid en una de las plazas para ahuyentar la prostitución y la venta de drogas en esta zona de las traseras de Gran Vía.

La empresa que explotaba este establecimiento hostelero llamado The Moon cerró en octubre al expirar su concesión, y con él se fueron las 21 mesas y 84 sillas autorizadas de la terraza. Solo quedaba pendiente retirar la estructura que albergaba la zona cerrada del negocio, que ocho meses después sigue en el mismo lugar.

“Está en proceso de retirada, a la espera de que la compañía eléctrica desconecte los cables de la toma de luz”, aseguran desde el Ayuntamiento de Madrid, apuntando el origen de un retraso que va más allá de lo razonable en un lugar con mucho paso de peatones y donde es habitual que jueguen niños, debido a que está al lado de un parque infantil. “Sin esa desconexión, levantar la totalidad del quiosco sería un peligro para los viandantes”, añade una portavoz municipal advirtiendo sobre el peligro de estos cables.

La retirada del quiosco de Luna llegará más tarde que el final de su hermano gemelo de Jacinto Benavente. Allí, a pesar de que la concesión había finalizado también el año pasado, su empresa explotadora alargó más allá de lo permitido el negocio, hasta que hace algunas semanas también desapareció.

La plaza Luna está actualmente pendiente de una reforma integral, que llegará con la nueva concesión de su aparcamiento después de medio siglo de explotación de la empresa que actualmente lo gestiona.

Aunque el concurso ya estaba adjudicado por parte del Ayuntamiento de Madrid, un recurso presentado por una de las empresas que no se llevó el contrato ha paralizado la entrega de la nueva concesión y las obras. El inicio de la nueva explotación llevará aparejado también la liberación de los dos edificios de Luna que hasta ahora también alquilaba la compañía adjudicataria del antiguo contrato.