Llámenlo constancia, empeño o cabezonería, pero lo cierto es que gracias a un pequeño grupo de vecinos y de comerciantes este año la calle Pez recuperará sus fiestas, las que se celebraban por San Antonio, las mismas que se suspendieron hace ya nueve años por orden de la autoridad, que denegó de buenas a primeras unos permisos con los que se cortaba la calle, se celebraban conciertos en la plaza de Carlos Cambronero, había competiciones deportivas, actividades infantiles y los bares de la zona ponían barras en la vía pública.
Después de un par de años amagando, por fin desde el próximo miércoles Pez recuperará sus festejos. Lo hará con la modestia de la autogestión y del que debe aprender a andar de nuevo, después de un largo período de convalecencia durante el que se quedó sin masa muscular, pero lo hará con alegría y voluntad de continuidad. ¿Cómo si no renacieron las vecinas -y hoy multitudinarias- fiestas populares del Dos de Mayo?
Un ilustre ciudadano del entorno de Pez como Moncho Alpuente oficiará de pregonero y el programa de actividades será el siguiente: