Pinta Malasaña 2024 premia una obra mural colombiana y el público elige una creación colectiva infantil sobre su cole
Dos trabajos colectivos se hicieron este domingo con los premios principales del festival Pinta Malasaña 2024, convertido ya en el mayor festival de arte urbano de la capital y uno de los más importantes que se celebran en España. La creación de un grupo de artistas colombianos -ItsMancho, Creto, Ye2 y Sebz- sobre las persianas del Freeway atrajo la atracción del público y la atención del jurado, que decidió otorgarle el máximo galardón del certamen.
La otra obra colectiva premiada fue la que dirigió el catalán Llukutter sobre las verjas del Isabel la Católica. En este caso fue el público, que votó masivamente en las urnas del certamen, quien reconoció el resultado de una composición elaborada por decenas de niños, que movilizó a toda la comunidad escolar de este colegio público.
Miles de personas llenaron Malasaña en la novena edición del festival, que se extendió desde la calle Barceló hasta el Centro Cultural Condeduque, con un centenar de obras creadas a lo largo de 12 horas este domingo. Un maratón artístico en el que el público pudo disfrutar observando paso a paso un proceso creativo que normalmente tiene lugar de forma privada, y también participando en alguna de las obras que invitaban a la participación.
Esta original jornada culminó con una emocionante entrega de premios en la malasañera Sala Maravillas. Allí, los artistas participantes se reunieron con el jurado del certamen, formado por Gonzalo de Miguel, ganador de Pinta Malasaña 2023, la periodista Marta Peirano y Antonio G. Mora, editor y gestor cultural especializado en arte urbano.
El primer premio, dotado de 1.200 €, recayó en la obra del colectivo de artistas colombianos formado por ItsMancho, Creto, Ye2 y Sebz, con su intervención sobre el cierre de Freeway y en el que han querido plasmar el colorido de su país. De dicho trabajo el jurado ha querido destacar, además de la maestría en el uso de estos tonos, el hecho de que se trate de un trabajo hecho por un grupo de artistas que han conseguido una “ejecución técnica impecable sobre una superficie compleja.”
El segundo premio, de 600€, fue a parar para el elefante en equilibrio de Penfishh por “la delicadeza de su trabajo, su significación, el uso impoluto de la técnica y de la composición, sin olvidar su compromiso con el medioambiente”, según palabras del jurado. Dicha obra ya forma parte de Arrebato Libros.
Por último, el jurado otorgó los 400 € del tercer premio a la artista Alina Kiliwa quién plasmó su obra en la Mercería Victoria con un mensaje destinado a unir el céntrico barrio de Madrid que lo acogía con el otro lado del Atlántico mediante el mensaje Malasaña es chida. Renovar un formato tradicional, dándole una vuelta más fresca y callejera y apostar por la tipografía como medio impactante para destacar en el espacio público fueron los parámetros que hicieron que el jurado se fijara en ella.
Y no hay que olvidar el premio del público dotado de 300 €, que por tercera vez en la historia del festival tuvo la oportunidad de votar su propuesta preferida. Participaron en la votación más de 1.500 personas, votando físicamente durante ocho horas en las dos urnas dispuestas en el festival. El elegido fue Llukuter quién había planteado una obra en la valla del colegio público Isabel la Católica junto a la ayuda de las familias del centro. Decenas de niños participaron en su colorida composición.
Además de este certamen, hay que destacar el concurso Jóvenes Talentos de Arte Urbano celebrado el sábado día 27 y patrocinado por Mahou. En esta categoría paralela Tatinio fue el ganador, premiado con 300 €, por su intervención en el bar Loreto, de la que el jurado ha destacado “su temática alegre, basada en un momento compartido y su óptima composición”. Los finalistas, obsequiados cada uno con 200 €, fueron Jamalamaja, FIC, Esther Moya y Amanda Cils.
Jornada de arte único en Malasaña
Los premios son solo la punta del iceberg de un festival que desplegó un enorme derroche de talento en las calles de este barrio del centro de Madrid, pieza a pieza, obra a obra. Algunos ejemplos fueron el homenaje a Lole y Manuel de Mariflor en la calle Barco, la historia personal de StrLópezLópez en la calle Palma, el proyecto social de Galgo Flaco en Marqués de Santa Ana o el homenaje a las mujeres que marcaron al público asistente de la francesa Iampiô en Jesús del Valle. Y luego está la espectacular obra colectiva de más de 30 metros que llena un muro de la plaza del Rastrillo antes gris: Gerbos, Savelga, Markzdc78, Juanito Ilógico y Son3k fueron los responsables de esa increíble transformación.
Organizado por el colectivo Madrid Street Art Project y el periódico local Somos Malasaña, el certamen cuenta todos los años con la colaboración de diferentes comercios, vecinos e instituciones, que autorizan a los artistas a que decoren sus puertas y fachadas con su estilo urbano. Sin ellos, Pinta Malasaña no sería posible.
El festival ha contado este año con el patrocinio de la firma internacional de pinturas Pébéo, que reivindica la presencia del arte en la vida diaria. Así como el de Mahou, que con su concurso de Jóvenes Talentos de Arte Urbano potencia la dinamización de los barrios a través del arte. La Asociación de Comerciantes Vive Malasaña y la Asociación de Hosteleros de Malasaña también han querido apoyar el evento, así como el Ayuntamiento de Madrid, a través del Centro Cultural Condeduque y de la Junta de Centro. Su concejal presidente, Carlos Segura, recorrió este domingo alguna de las obras del festival.
Pinta Malasaña nació en 2016 con el propósito de ensalzar un género artístico muy popular y por entonces con mucho menos reconocimiento que en la actualidad. Con el tiempo se ha convertido en una tradición para el barrio madrileño y en un escaparate perfecto para cientos de artistas que, cada año, se unen para disfrutar del que ya es considerado el festival de arte urbano más importante de la ciudad.
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