Pregón vecinal y solidario para abrir las Fiestas del 2 de Mayo 2020: “Tenemos la oportunidad única de armar algo nuevo”

Con un pregón a tres, retransmitido por internet y desde los balcones y casas de cada uno de los pregoneros, este jueves se pusieron en marcha las Fiestas Populares, Solidarias y Confinadas del 2 de Mayo 2020. Un evento que los vecinos llevan 12 años organizando de forma autogestionada y que ni siquiera la pandemia del Covid-19 ha logrado detener, aunque sí confinar a sus participantes en sus viviendas del barrio.

Desde allí se dirigieron los pregoneros a todos los que estos días quieren disfrutar de las más de 40 actividades programadas desde sus casas y balcones. Primero lo hizo la joven Meskerem, quien dio la bienvenida a la celebración en nombre de la Plataforma Maravillas, entidad que agrupa a todos los colectivos y vecinos que trabajan en Malasaña y que organiza las fiestas desde el año 2008.

Luego tomaron el relevo Lola y Adrián, los dos cocineros que durante 40 días y ayudados de una gran red de voluntarios consiguieron dar de comer a cientos de personas desde un pequeño local de la plaza del Rastrillo. Durante un pregón que fue más una charla informal, explicaron su proyecto, la espiral de solidaridad que se originó a su alrededor y cómo veían el futuro: “Tenemos la oportunidad única de armar algo nuevo”, señaló Adrián.

La parte más festiva y de balcón la lanzó el actor Pablo Piñeiro, quien junto a sus compañeros de piso Tadashi Ito y Guadalupe Cano lleva toda la cuarentena animando a sus vecinos de las calles Valverde y Colón con música, actividades y, sobre todo, ayudándose a conocer entre todos. “¡Vamos esas palmas! ¡Que se entere todo Malasaña y todo Madrid!”, les espetó al inicio de los aplausos.

“Nuestras calles ya no necesitan maquillaje porque tienen algo que deslumbra mucho más. Sus vecines”, dijo en lenguaje inclusivo después de recordar sus nombres en un emocionante discurso, al que siguieron los acordes de Bailando de Alaska y los Pegamoides, una canción muy malasañera con la que se inició la fiesta para decenas de vecinos asomados a los balcones de Valverde y los que seguían la retransmisión online.

Y después de las canciones, Pablo, Tadashi y Guadalupe apagaron la música, recogieron el escenario que montan cada noche y se dispusieron a leer un cuento a su pequeña vecina del balcón de enfrente. Para seguir haciendo barrio.

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