La Nochebuena de 2013 fue la que muchos nos sobrecogimos cuando, mirando el móvil de reojo, descubrimos con sorpresa que había muerto Germán Coppini. Artista tremendamente original y vocalista de esos que uno piensa “si hubiera nacido en Gran Bretaña...” Músico de intensidad lírica simpar, cantante de la épica cotidiana en Golpes Bajos, del desgarro descacharrante en los primeros Siniestro Total, no falto de pecadillos de estrella (como sus escarceos con Nacho Cano en la cumbre de su carrera), de renovada actitud en proyectos recientes o hálito republicano... Era Germán Coppini, un imprescindible de la música pop española, con perfil más bajo del merecido durante los últimos años.
Para recordarle, en Somos Malasaña nos gustaría echar la vista atrás -no demasiado – a 2001. Aquel año se celebró un concierto por el 25 aniversario de El PentaEl Penta. El concierto fue en la sala Arena, con una banda base y artistas invitados de los años de La Movida: Antonio Vega (Nacha Pop), Ñete (Nacha Pop), Álvaro Urquijo (Los Secretos), Javier Urquijo (Los Secretos), José María Granados (Mamá), Juanma del Olmo (Los Elegantes), Germán Coppini y Julián Hernández...
El concierto fue emitido en directo por Radio 3 y se editó un disco con la actuación. En YouTube puede encontrarse una grabación de muy baja calidad.
Esa noche Julián Hernández y Germán Coppini cantaron, ante un público con calvas incipientes, juntos Ayatollah, años después de que Coppini dejara a los de Vigo. Sólo faltaba en el escenario Miguel Costas, el otro fundador del grupo y cantante de la formación, que fue precisamente el que anunció la noche del 24 de diciembre el fallecimiento de Coppini.
Descanse en paz.