“”Sólo queremos vivir. La música nos tortura, y cuando es por imposición, es ruido“. Son las palabras de un vecino del distrito Centro, miembro de la Asociación para la Defensa y Protección de los Derechos de los Vecinos de la Plaza Mayor de Madrid (Aveplama) y uno de los cinco representantes vecinales reunidos por el diario ABC para analizar la nueva ordenanza contra el ruido.
Ninguno de ellos quiere dar su nombre, pero todos se oponen a que los músicos toquen sin autorización municipal en la calle. En su opinión, los músicos “deberían tener una licencia específica y pagar un canon al igual que lo hacen los pintores de la Plaza Mayor”, explican.
Protestan contra el artículo 41 de la ordenanza, que antes prohibía la música en su totalidad, y ahora persigue los instrumentos de percusión. Uno de ellos llega a afirmar que “antes, de vez en cuando, por lo menos se llevaban los bongós de los chicos que se ponen los domingos a tocar en La Latina. Ahora seguirán las horas que quieran y tendremos que aguantarnos”, lamenta el vecino de las Cavas y Costanillas.
Los vecinos se quejan de que viven aislados en casa sin poder hacer cosas como “leer un libro, abrir las ventanas en verano o echar la siesta”, dicen. Y llegan a afirmar que “en el distrito de Centro vivimos 150.000 personas desesperadas. Entendemos la libertad de expresión de los músicos, pero no se puede ir en contra de nuestros derechos siendo nosotros los que pagamos los impuestos”.
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