Media hora antes de que un centenar de personas se diera cita a las 11.30 horas de este sábado en la plaza del Dos de Mayo, acudiendo a una convocatoria plural ciudadana en contra de los múltiples problemas que afectan a Malasaña, un vecino grababa un vídeo en el que se veía a un joven meando en el mismo lugar del encuentro: el individuo se separa de un grupo de personas que había estirado la noche malasañera y busca alivio contra una papelera. No se trata ni de una anécdota ni de un hecho aislado, sino que es una práctica incívica habitual en una zona convertida, entre otras cosas, en un gran mingitorio. A su vez es un pequeño ejemplo de por qué numerosos vecinos del barrio han decidido decir basta a una serie de problemas y situaciones que están haciendo que cada vez sea más difícil vivir en Malasaña. Su descontento ha comenzado a materializarse a través de un elocuente lema: 'SOS Malasaña', el cual aspira a convertirse en campaña continuada de protesta en busca de soluciones.
Suciedad, ruido, botellón, inseguridad, gentrificación, pavimentos en mal estado, alquileres abusivos y exceso de oferta de viviendas turísticas... Un suma y sigue de razones han sido las que han llevado a muchos vecinos a plantarse, denunciar públicamente los problemas que afectan a Malasaña y a tratar de organizarse en grupos de trabajo que logren transformar la indignación que sienten en algo provechoso. Aunque sin enarbolar banderas políticas de ninguna clase, el objetivo es conseguir una vida mejor para los vecinos de la zona, algo que siempre pasa por exigir a quien en la actualidad ocupa el poder.
El encuentro de este sábado venía a ser la continuación de la reunión celebrada el pasado martes día 9 de octubre en Espacio Pozas 14 y ha pasado a ser el precedente de una nueva cita que se celebrará a las 19 horas del próximo lunes en el número 4 de la calle del Barco, donde se espera que aquellas personas que se vean con más disponibilidad para aportar trabajo a la plataforma plural que se está formando en el barrio comiencen a establecer prioridades y a organizarse porque si hay algo claro en este movimiento que recién echa a andar es que persigue resultados.
Cuentan desde ACIBU, la veterana asociación que lleva varios lustros peleando por el barrio, que hacía mucho tiempo que no veían un empuje vecinal de tal calibre. De igual forma se expresan distintos miembros de la ciudadana Plataforma Maravillas. Ambas coinciden en destacar que son muchas las caras nuevas de vecinos que se están dejando ver por estas reuniones y saludan esperanzados el empuje que para el movimiento vecinal del barrio puede suponer toda esta sangre fresca que por diversos motivos se ha visto empujada a protestar y que se ve representada también en las reivindicaciones del que tiene al lado.
“No se trata de un partido político en concreto”, decía uno de los vecinos que, en un momento del encuentro de este sábado, tomó la palabra. “En todos los años que llevo viviendo en Malasaña me ha tocado sufrir ayuntamientos gobernados por el PSOE, por el PP y, actualmente, por Ahora Madrid y ninguno de ellos se ha ocupado de este barrio como debería”. Su mensaje de desamparo y abandono coincidía con el pensamiento de muchos de los presentes que, entre otros muchos temas, se preguntaban cómo es que la policía no aplicaba la ley vigente para impedir el botellón que ocupa las plazas y las calles de la zona y que genera ruido y suciedad, o cómo no se ponía solución al problema del narcopiso de la calle Tesoro que, incluso, se ha cobrado recientemente una víctima mortal.
El encuentro se disolvió no sin antes acordar que ese grito de protesta y de auxilio que es 'SOS Malasaña', bajo el que se ha comenzado a aglutinar la indignación vecinal, debe convertirse en campaña de protesta que se prolongue en el tiempo de manera indefinida, haciéndose visible en las calles del barrio -a través de carteles, pancartas y periódicos encuentros de sábado en la plaza del Dos de Mayo- y avanzando de puertas hacia dentro en reuniones que dirijan las acciones y ejerzan en los despachos pertinentes la presión necesaria para que se tengan en cuenta las demandas vecinales.