“Domingo de Ramos, el que no estrena no tiene manos”
Con este popular dicho se guardaban los abrigos de invierno y se abría el armario ropero de primavera, incorporando alguna adquisición a pesar de las estrecheces de la época, y si el tiempo acompañaba era la mejor ocasión para lucir palma y palmito. Eran muy pocos los que salían fuera y la mayoría optaba por ir a ver procesiones o simplemente pasear por la Gran Vía.
La imagen data de 1949 y muestra una familia “con posibles” paseando en Domingo de Ramos por una Gran Vía en la que llama la atención la ausencia de la Torre de Madrid y la belleza de las farolas de la época. Durante la Semana Santa los cines solo proyectaban películas de temática religiosa y había que esperar al Domingo de Resurrección que traía estrenos y novedades. (texto: Pablo Linés)
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