El pasado jueves el Ayuntamiento de Madrid recibió otro revés en un concurso municipal: la licitación que puso en marcha para construir y explotar un polideportivo en Las Tablas, con piscina y gimnasio incluidos, era declarada desierta por falta de empresas interesadas en explotarlo durante los próximos 25 años.
Pese a la ausencia de ofertas, las condiciones de este contrato eran jugosas: preveía una facturación de 91,2 millones de euros hasta el año 2048, a cambio de construir y explotar estas instalaciones deportivas de titularidad municipal pero de gestión privada. El diseño, además, estaba pensado para que las empresas sacaran el máximo beneficio, desterrando las pistas para deportes de equipo -son menos rentables- y potenciando las salas de máquinas y de actividades dirigidas.
El concurso del Centro Deportivo Municipal (CDM) de Las Tablas siguió el mismo camino que el de otros cuatro proyectos similares, sacados a concurso durante los últimos meses con idéntico modelo: concesión por obras y privatización del polideportivo durante los próximos 25 años. El pasado noviembre quedó desierta la licitación del CDM Valdebebas, en junio la del CDM Mistral y esta misma semana las de los CDM de Sanchinarro y Montecarmelo.
De momento, el Ayuntamiento de Madrid ha conseguido sacar adelante dos concesiones de este tipo: la del CDM Cuatro Caminos, en Tetuán, y la del CDM Ricardo Damas, en Arganzuela. Ambas en zonas ya consolidadas y no en distritos periféricos como los cinco que han quedado desiertos.
El previsto en Las Rosas se descartó por la futura construcción de la ciudad deportiva del Atlético de Madrid. Está pendiente de resolución el concurso para el CDM Paseo de la Dirección, también en Tetuán. Otros tres más -en Cuatro Vientos, Butarque y Los Ángeles- se encuentran en fases previas. Y para los dos de Vicálvaro y Pacífico (Retiro) aún no se han iniciado los trámites.
¿Por qué han quedado desiertos los concursos? Desde el Ayuntamiento de Madrid lo achacan al encarecimiento de los costes de los materiales, en relación con la crisis de inflación aparejada al conflicto en Ucrania. Según fuentes del área de Obras y Equipamientos, el precio ha subido hasta un 35% desde que el consistorio comenzó con el largo trámite legal para estas concesiones, en el año 2021. “Es la principal causa para que muchas de las empresas que hubieran optado a licitar no lo hayan hecho”, añadía este jueves la vicealcaldesa de Madrid, Inmaculada Sanz.
Pese a este tensionamiento de los precios, en los últimos meses la situación ha cambiado y la mayoría de materias primas que utiliza el sector están a la baja, y algunos estudios apuntan a un descenso del 5% en los costes globales este mismo año, según estudios del sector.
Construir cada centro deportivo cuesta unos 12 millones de euros, según los estudios económicos presentados por el Ayuntamiento. Esto implica un importante endeudamiento para las empresas licitadoras en tiempos en los que los intereses de los préstamos se encuentran disparados. Además de adelantar este capital durante los dos años de obras previstos, también tienen que pagar el equipamiento y las nóminas del personal antes de que entre en funcionamiento. El negocio es rentable, pero necesita de un importante montante económico para ponerse en marcha.
Un modelo cuestionado desde la oposición
Los cinco fracasos en las licitaciones ponen en duda el plan lanzado por el equipo de Almeida para construir hasta 14 centros deportivos a través de privatizaciones durante décadas, sin gastar ni un euro municipal. Las empresas no han acudido a la llamada del alcalde y, aunque en el Ayuntamiento de Madrid descartan admitir que las compañías del sector le pueden haber dejado tirado, los planes se han retrasado durante varios meses o incluso años.
“Es la constatación del fracaso estrepitoso que está siendo el modelo por el que ha apostado el PP” asegura la concejala Mar Barberán, de Más Madrid, quien habla de un “incumplimiento” de las promesas electorales de Almeida. “Defendió que la mejor fórmula era la cesión de suelo municipal durante 25 años y la explotación de la instalación por una empresa privada a cambio de que construyera dicho equipamiento deportivo”, recuerda.
Barberán, que se mostró muy crítica durante la anterior legislatura con este modelo de explotación, considera que el diseño de los nuevos polideportivos ha supuesto “una gran traición a la ciudadanía, que ha visto cómo los proyectos suprimían los pabellones donde los niños, jóvenes y mayores podrían practicar deportes colectivos, para construir gimnasios al uso, que ya existen en los barrios”. El caso de Cuatro Caminos es el más evidente, donde Almeida anuló en 2019 un concurso de obras que preveía un pabellón para jugar al baloncesto y el voleibol. Tres años después, se adjudicó la privatización del centro por 24 años. “El PP ha dado la espalda a todos esos colectivos que quieren hacer ejercicio físico en grupo, en vez de musculación o spinning”, lamentan desde Más Madrid.
“Ni ha escuchado a la oposición, ni a los vecinos, que se han movilizado en Cuatro Caminos, Barajas o Butarque. La reivindicación siempre es la misma: las familias quieren pistas donde sus hijos puedan practicar baloncesto, vóley, balonmano… ,no salas de musculación y mucho menos un parkingym. Porque otra anomalía de los proyectos es que van acompañados de unos aparcamientos sobredimensionados en relación con el polideportivo”, advierte Mar Barberán.
¿Qué pasará con los centros deportivos que han quedado desiertos? ¿Y con los siete sin adjudicar? La portavoz municipal y vicealcaldesa, Inmaculada Sanz, aseguró este jueves en respuesta a preguntas de este periódico que el Ayuntamiento construiría todos los prometidos dentro del plan de equipamientos Madrid Capital 21. “Vamos a dar respuesta a las necesidades de esos barrios, que llevan muchos años demandando estos centros deportivos”, aseguró a la vez que indicaba que estaban valorando “las soluciones posibles” en cada caso.
Lo que de momento se desconoce es cuáles serán estas soluciones, si llevarán a través de una nueva concesión por obras con condiciones más ventajosas para los privados o presupuestando recursos propios del Ayuntamiento de Madrid para su construcción. Lo que el equipo de Almeida tiene constatado es que los únicos concursos sobre polideportivos que se han cubierto al 100%, con numerosas ofertas han sido los construidos por el consistorio que luego pasan a ser gestionados por empresas, como ha ocurrido en La Cebada o Cea Bermúdez.