Hace pocos meses, pocos vecinos de Madrid conocíamos el significado de la palabra zahorra, un tipo de relleno que, luego cubierto por una fina capa de arena, se está utilizando intensivamente en los parques de Madrid. Sin embargo, las obras de reformas de distintos parques han conseguido que vecinos de distintas coordenadas de la ciudad se lleven las manos a la cabeza y articulen movimientos de protesta a la vista del aspecto cementado que presentan sus suelos antes de aplicar los acabados de terrizo. Primero fueron los usuarios del Parque Aluche, poco después los del Calero y, ahora, se ha creado una plataforma bajo el nombre Salvemos nuestros parques-Madrid.
La reunión fundacional se llevó a cabo el pasado domingo 21 de mayo en la concentración realizada en el parque de Las Cruces (Carabanchel), cómo no, para protestar por el empleo de zahorras en la reforma del mismo (como en otros parques, se están cambiando los antiguos caminos de tierra). Convocó la muy activa Mesa del árbol de Carabanchel.
La zahorra prensada, por lo tanto, es ya un tema de ciudad además de la reivindicación concreta de movimientos diseminados por el parcelario madrileño, y ha desembocado en un movimiento que aúna distintas luchas de colectivos vecinales por sus parques. En la reunión hubo vecinos de la Plaza del Carmen, La Cornisa, Parque de Aluche, El Calero, Parque de las Cruces, Cuatro Vientos, Parque Atenas, Parque Darwin y Casino de la Reina, Plaza de las Descalzas, Plaza Luca de Tena, Plaza de Peñuelas, Calle Bergantín, la Castellana, calle Jorque Juan o Ponzano.
Entre los colectivos participantes y configurados como grupos anteriormente cabe citar también las plataformas Salvar El Calero, No al cantón, sí al Parque Sinfonía de Cuatro Vientos, Vecinas Corniseras del Parque de la Cornisa o Plataforma Salvemos La Casa de Campo, cuyo gran parque también está viendo como los caminos son zahorrados.
Los argumentos del Ayuntamiento y los técnicos municipales a favor de la zahorra es su capacidad de drenaje y la facilidad de acceso de la maquinaria para el correcto mantenimiento de los espacios. Los detractores de la zahorra aducen que libera mucho polvo en suspensión (que será inhalado por los paseantes), crea espacios duros y elimina la posibilidad de que haya afloraciones vegetales espontáneas, entre otros problemas.