El otoño de 2020 fue complicado en Madrid. Después del duro confinamiento de la primavera y de ver cómo la Covid-19 volvía a golpear en verano, la llegada del frío se esperaba con incertidumbre en la capital. Por aquel entonces se debatía si España debía volver al estado de alarma y restringir los movimientos para evitar que el virus se siguiera transmitiendo, mientras Madrid cerraba barrios enteros para intentar contener el número de infecciones, ingresos hospitalarios y muertes.
Aquel verano, el uso de la mascarilla acababa de imponerse en todo el país -Madrid lo hizo obligatorio a finales de julio- y los datos de contagios subían y bajaban en oleadas. Las autoridades hacían equilibrios para mantener toda la actividad económica posible abierta a la vez que se combatía la enfermedad con nuevas restricciones. El toque de queda nocturno llegaría el 24 de octubre de forma temporal, pero se alargaría hasta mayo.
En octubre de 2020 Sanidad reportaba un descenso de casos después de la segunda ola de la pandemia, que había dejado una incidencia media acumulada (IA) de 792 nuevos casos por cada 100.000 habitantes en la capital. Barrios como Usera, Puente de Vallecas o Villaverde habían experimentado unas tasas superiores a 1.200 durante el verano, pero la transmisión se había conseguido bajar hasta los 461 de IA el 13 de octubre. Las UCIs llegaron a tener casi medio millar de enfermos y las muertes diarias se contaban por decenas.
Hoy, las cifras son muy distintas. La ciudad entró la semana pasada en el riesgo bajo por Covid, al descender de una IA de 50. La cifra no se alcanzaba desde finales de julio de 2020, pero entonces no había vacuna y en aquella época los contagios se dispararon rápidamente en cuanto la enfermedad volvió a circular sin el confinamiento. Ahora, sin restricciones de aforos ni otras medidas más allá del uso obligatorio de la mascarilla en espacios públicos cerrados, las posibilidades de resultar infectado han caído de forma clara, y más aún la de acabar en el hospital a causa del coronavirus: las UCI madrileñas cuentan con 142 enfermos, la mayoría de ellos ingresados desde hace semanas, y apenas se producen nuevas entradas hospitalarias.
El descenso de ingresos en los hospitales también ha tenido incidencia directa sobre los fallecimientos por Covid-19. Desde la oleada de después de Navidad -la más mortífera sin contar con la inicial- no se han vuelto a registrar jornadas con más de 50 fallecidos diarios. Ahora las cifras se han reducido notablemente e incluso varios días no se llegó a notificar ninguna muerte por coronavirus.
El punto de inflexión decisivo en las estadísticas ha sido la vacunación masiva. Las inoculaciones empezaron de forma muy tímida a principios de año pero durante el verano se aceleraron con la llegada de más dosis, a principios de septiembre se alcanzó el objetivo del 70% y a día de hoy el número de madrileños con pauta completa es superior al 77%.
¿Cómo se comportará la pandemia en las próximas semanas y meses? Es difícil asegurar algo con rotundidad después de la experiencia pasada y de lo que sucedió el anterior invierno, cuando la aparición de nuevas cepas y de contagios no previstos hizo variar los planes y cálculos de los expertos. Lo normal será que a medida que avance el plan de vacunación en España los casos sigan descendiendo.
Sin embargo, este último fin de semana fue el primero en Madrid en el que se registraron de nuevo más contagios que el anterior, después de varios meses de descenso continuado. De momento, parece que el uso de la mascarilla no desaparecerá en interiores, los mayores recibirán pronto la tercera dosis de refuerzo y aún queda concretar qué pasará con los menores de 12 años, los únicos a los que no se ha ofrecido la posibilidad de vacunación.
Los gráficos fijos publicados sobre estas líneas están sacados del Observatorio Covid de Más Madrid. Si quieres consultar todas sus cifras de forma dinámica, puedes hacerlo en este enlace.