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Las familias critican la lentitud de Almeida al limpiar la nieve: “Lo fácil es cerrar los colegios y que lo paguen los niños”

Diego Casado

18 de enero de 2021 16:31 h

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Una veintena de madres, padres y niños recorre el camino que va del colegio La Paloma, en el corazón del Madrid más castizo, hasta la Junta de Centro, en la calle Mayor. Cualquier otro día normal el trayecto duraría apenas cinco minutos, pero este lunes, al mediodía, la mitad de las calles que atraviesa la comitiva están llenas de hielo, más de una semana después de que los últimos copos de Filomena cayeran sobre la capital. El grupo ha quedado para llevar al Ayuntamiento su quejas formales por pedir retrasar la vuelta de las vacaciones de Navidad hasta tres veces por el temporal.

Ana ha venido con su bebé y su hijo de cuatro años. El segundo debería estar a esta hora en las aulas del CEIP Palació Valdés, en Atocha, pero le acompaña en su protesta. Cuenta que la vida en casa se ha hecho muy complicada por la pandemia, más aún cuando la semana pasada vieron que los días pasaban y que el Ayuntamiento no avanzaba con la limpieza. “En general, la ciudad se ha limpiado muy lentamente”, lamenta.

Un grupo de familias de su colegio se ofrecieron a despejar de nieve los patios, después de que los accesos quedaran habilitados por la insistencia de la dirección del centro escolar. “Pero no nos dejaron, nos aseguraron que iban a contratar a una empresa, pero pronto vimos que no iba a llegar a tiempo”, apunta. El pasado viernes, cuando Ayuso anunció a instancias del Ayuntamiento que las clases no volverían hasta el miércoles 20, decidieron protestar en la calle, después de que varias madres de Vallecas convocaran una concentración similar en su distrito.

“Nos da mucha rabia, tenemos la sensación de que siempre son los críos y las familias los que salen perjudicados”, lamenta a su lado Carles, padre de otros dos hijos de uno y tres años. “El recurso fácil es cerrar las escuelas, que los niños no vayan al cole, y priorizar todo lo demás. Pero ellos tienen derecho a la educación”, explica a este medio mientras recuerda que, desde marzo de 2020, solo ha habido tres meses de clase en Madrid.

Su colegio, La Paloma, estaba listo este lunes para recibir a los alumnos, con las aceras sin apenas obstáculos por el temporal. Pero la semana pasada el Ayuntamiento no lo tenía tan claro: el jueves se anunció un contrato especial de limpieza, adjudicado para la empresa Tragsa, después de que los padres y madres de los alumnos empezaran a retirar la nieve en convocatorias informales. Ese mismo día, la Junta de Centro decía a la escuela infantil cercana que quitar la nieve de la acera no era su competencia, denuncian las familias.

Hoy, la vicealcaldesa Begoña Villacís ha explicado que la vuelta a las clases podrá ser posible el miércoles en casi todos los centros escolares de la capital. Aunque 11 de ellos presentan daños estructurales de importancia y otros 48 todavía tienen que ser terminados de limpiar, informa Sofía Pérez Mendoza. También ha pedido disculpas a las familias: “Nadie ignora el trabajo que han hecho, han encontrado palas donde no las había, los primeros agradecidos somos nosotros”, ha dicho en rueda de prensa mientras que reconocía que la competencia municipal es dejar listos sus centros escolares -la responsabilidad de su mantenimiento es del Ayuntamiento de Madrid- y admitía que su retraso en la apertura “está alterando gravemente la vida de las familias y de los niños”.

“Esta situación nos ha generado cargas de estrés importantes en casa”, confirma Carles, tanto para él, como para su parea y su hijo más mayor: “Está más nervioso y más perdido, porque necesita rutinas, socializar con iguales… los padres y madres necesitamos de los colegios para poder conciliar”, resume.

Otra madre del colegio La Paloma, madre de dos niños de 2 y 4 años, carga contra la incapacidad del equipo municipal para gestionar esta crisis: “No han podido acudir a clase por la negligencia del Ayuntamiento, que era el responsable de poner a punto los centros. No se ha dado prioridad a limpiar los accesos, a que los técnicos corroboren que no se les va a caer el techo encima cuando entren. Todo eso se tenía que haber hecho más rápido”, lamenta.

Muchas de las familias que han acudido este lunes a la protesta en Centro han podido manifestarse porque pueden organizar su trabajo y repartirse el cuidado extra de estas vacaciones extendidas de Navidad con sus parejas. Pero muchas otras han tenido que hacer encaje de bolillos tirando de permisos extra o de redes informales de ayuda, ahora que los abuelos tampoco pueden hacerse cargo de sus nietos debido a la pandemia.

“Es una falta de respeto y de empatía con la comunidad educativa”, se ha quejado el diputado de Más Madrid Pablo Gómez Perpinyà, también presente en la concentración. “Tenemos un alcalde que ha tardado una semana en contratar la limpieza de los colegios”. “Falta de planificación que domina el gobierno de la Comunidad de Madrid y que termina recayendo sobre las espaldas de las familias madrileñas”.