Puente aéreo entre Madrid y Barcelona para el experto en engañifas Tomás Sánchez Pacheco, quien estaría tratando de retomar su idea de montar supuestos coworkings sanitarios en la capital, al tiempo que intenta establecerse con el mismo fin en la Ciudad Condal. Nada habría que reprochar a su propósito de emprendimiento de no ser por el hecho de que para comenzar a construirlo ha vuelto a echar mano de un clásico en su larga trayectoria de fechorías: el envío de falsos comprobantes de transferencias bancarias, que nunca llegarán a su destino, como pago a distintos servicios que solicita a terceros.
Como resultado, nuevos damnificados que quedan enredados en sus tejemanejes. En este caso, las últimas víctimas conocidas sobre las que ha tenido conocimiento este periódico son empresas de informática a las que Sánchez Pacheco alquila ordenadores sin pagar por ello para, posteriormente, apropiárselos y revenderlos en comercios de compra-venta de productos de segunda mano.
Ante esas firmas se presenta como el responsable de un negocio de alquiler de despachos a profesionales de la medicina, reunidos todos en centros de trabajo supuestamente gestionados por él. Con la excusa de que necesita con urgencia ordenadores portátiles para impartir formación a personas que va a contratar, presiona para que le hagan llegar cuanto antes los equipos, enviando para ello falsos comprobantes de transferencias.
A través de las denuncias presentadas por recientes afectados es como se ha sabido que Sánchez Pacheco ha empezado a actuar en Barcelona, donde asegura estar pensando en abrir uno de esos coworking sanitarios, que sólo existen en su cabeza, en Paseo de Gracia. A quienes logró engañar les dio como dirección de recepción de los equipos informáticos que solicitaba el número 16 de Ronda de Sant Pere, un coworking de la empresa Utopicus cercano a Plaza de Cataluña, donde alquiló una oficina. A otros también les facilitó la dirección de un coworking más, Onecowork, situado en el edificio Zurich, junto a la catedral.
De este modo, Sánchez Pacheco estaría repitiendo en Barcelona el mismo proceder que ha sabido aplicar con maestría en Madrid: operar desde aparentes y céntricos espacios de trabajo compartido para ganarse así la confianza de las personas con las que contacta y saltar con rapidez de uno a otro de estos lugares, dejando facturas pendientes en todos ellos.
En cualquier caso, y pese a estar tratando de establecerse en una nueva ciudad, Sánchez Pacheco no habría abandonado la capital de España, donde tiene en Central 44, un coworking de Gran Vía, el domicilio social de su actual empresa, Cowork Medical Siglo XXI, una SL unipersonal cuyo objeto social es la “gestión de clínicas y centros médicos privados, coworking sanitarios, así como la prestación de servicios del sector salud” y que, en realidad, no es más que el nuevo nombre de Soluciones Médicas Múltiplo, mercantil creada en octubre pasado y a la que cambió de denominación hace un mes, el 8 de abril, con el presumible objetivo de borrar las huellas de deudas e impagos que ya había acumulado con Soluciones Múltiplo.
Denuncias
C. es el encargado de ventas de una de las empresas de equipos informáticos presuntamente estafada por Sánchez Pacheco, quien contactó con él el pasado febrero. En ese mes firmó un contrato de alquiler de nueve ordenadores, que logró que le enviaran haciendo ver que había realizado el pago correspondiente mediante el comprobante de envío de una transferencia. La empresa de C. ni cobró ni volvió a ver nunca sus equipos. El engaño está denunciado.
“Este hombre resulta extremadamente convincente. Te explica de qué va su negocio, te dice exactamente para qué sitios de su imaginado coworking sanitario quiere cada equipo y tanto por la seguridad que muestra como por las formas se gana tu confianza. Nunca antes habíamos realizado un envío de equipos informáticos antes de comprobar que ha llegado la transferencia correspondiente, pero le creímos, nos metió mucha prisa y picamos. Pronto comenzaron a llegar todo tipo de excusas sobre el retraso en el pago. El trato con él fue correctísimo hasta que, finalmente, nos pusimos serios. Ahí cambió de actitud y llegó a amenazarnos con denunciarnos si judicializábamos el caso”, indica esta víctima, que sospecha que habrá vendido sus ordenadores y que dice conocer a otras tres empresas del sector con las que Sánchez Pacheco contactó para tratar de obtener ordenadores.
Por otra parte, Alberto Pérez es director técnico de otra empresa del mismo sector y ubicada en Barcelona. En su caso, está a la espera de que Sánchez Pacheco devuelva los equipos informáticos que le alquiló y por los que, al menos, sí logró que le pagara una mensualidad, después de denunciar los hechos en una comisaría de los Mossos d’Esquadra. Pérez no tiene ninguna confianza en poder recuperar los iPads y el portátil, valorados en 3.500 euros, que entregó en persona a este hombre. La próxima semana tiene una citación judicial por la denuncia que puso contra él pero, en cualquier caso, cree estar en la obligación de airear los hechos en los que ha visto involucrada a su empresa para tratar que no los sufran otras.
“Este individuo nos llamó el pasado 12 de abril solicitando con urgencia unos equipos informáticos para la clínica que iba a montar en Paseo de Gracia. Como el sector está atravesando un muy mal momento, y pese a que sospecho de las prisas que tiene, accedemos a darle lo que pide después de comprobar que su empresa estaba limpia de deudas y aceptando el comprobante que me muestra de haber efectuado una transferencia. No obstante, quise entregarle en persona los equipos para verle la cara. Me encontré en un coworking junto a la catedral de Barcelona con un señor súper trajeado y bien arreglado y pensé que si fuera un estafador debía de ser muy bueno”.
Después de ver que la transferencia prometida nunca llegaba, y de buscar información en internet sobre Sánchez Pacheco, Pérez puso una denuncia y, además, procedió a avisar a todos sus conocidos del sector del alquiler de equipos informáticos de lo que le había pasado, alertando de la presencia del presunto estafador en Barcelona. “En una semana estuvo llamando a todo el mundo para conseguir más equipos. A algún compañero mi alarma le llegó ya tarde”, comenta este empresario.
Con la venta online, nadie, aún sin estar ni en Madrid ni en Barcelona, está a salvo de tropezarse con Sánchez Pacheco. Eso es lo que sucedió con V. y la empresa de alquiler de equipos informáticos, ubicada en Pontevedra, en la que trabaja. A principios de mayo, esta persona envió cinco ordenadores, valorados en cerca de 2.500 euros, a la dirección de Barcelona que le facilitó el susodicho. El modus operandi fue el mismo que el que utilizó con las empresas de Alberto Pérez y de C. y, por supuesto, ni ha habido pago ni esta firma pontevedresa sabe nada de sus ordenadores. El asunto ha sido denunciado mientras que V, que no llevaba ni una semana en su puesto de trabajo cuando mordió el anzuelo, teme por la continuidad de su empleo.
Anteriormente a estos casos, en Madrid hubo más víctimas dentro de un sector que se ha afanado en explorar y explotar. Una de ellas, quizá la primera, fue Tecnorent. Con algo de suerte y, gracias a la intervención policial, esta empresa pudo recuperar todos los equipos de los que Sánchez Pacheco se había apropiado. El 18 diciembre de 2020 le alquilaron cinco iMacs y un McBook. Cinco días después, tras ver que no les había pagado, denunciaban los hechos a las autoridades. Parte de los equipos los consiguieron por sus propios medios, pero el lote se completó a principios de marzo de 2021 gracias a la Policía, que localizó distintos ordenadores y material diverso en dos trasteros que Sánchez Pacheco tenía alquilados en el centro de Madrid, uno en la calle Relatores y otro en la calle Cabestreros.
Investigación
El reguero de perjudicados por Sánchez Pacheco es elevado y no deja de crecer. Pero, hasta el momento, ni las denuncias ni las detenciones que acumula han logrado pararle los pies. Muchos no se explican cómo puede seguir aún en la calle. Sin embargo, asesorado por Blumber Abogados & Consultores, no ha habido manera de que la Justicia eche todavía el lazo definitivo a quien ha hecho del engaño su forma de vida, al menos desde el año 2012.
En su historia policial constan no menos de seis detenciones, la primera de ellas en 2014 y la mayoría, por estafa y falsedad documental. En la actualidad, según ha podido averiguar Somos Madrid, hay ocho atestados policiales abiertos como consecuencia de otras tantas denuncias presentadas contra él.
Fuentes bien informadas aseguran que los palos que presuntamente está dando Sánchez Pacheco a empresas informáticas están muy lejos de proporcionarle los beneficios que, por ejemplo, le habrían dado anteriormente las presuntas estafas inmobiliarias en las que anduvo envuelto y que sería, por lo tanto, algo a lo que estaría dedicándose de forma circunstancial.