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Nuevas víctimas por las obras de Metro de Madrid: vecinos de Moratalaz temen por sus casas y por otro “arboricidio”

“Llevamos una semana sin dormir”, asegura un vecino del Hogar Ferroviario de Moratalaz, la colonia que colinda con el parque Darwin. El miedo a que se repita la historia de San Fernando de Henares y la línea 7B de Metro es inevitable. Desde que descubrieron, gracias a una información publicada el pasado mes de febrero en Somos Madrid, que la salida de la tuneladora y el pozo de ventilación de las obras de ampliación de la línea 11 se instalará al lado de sus casas, pegar ojo por la noche no ha sido tarea fácil. 

El proyecto salió a información pública en 2019 con un trazado que fue modificado después por la Consejería de Transportes, cambios que se descubrieron cuando se publicó el proyecto ya definitivo. El plan inicial era meter la tuneladora por Conde de Casal, pero ahora entrará por el parque de Comillas, en Carabanchel, y saldrá en Moratalaz, en medio del parque Darwin, donde también habrá un pozo de ventilación.

Los vecinos de esta zona de Madrid no fueron conscientes del cambio de planes que había llevado a cabo el Gobierno de Ayuso hasta hace unas pocas semanas. “Nadie nos ha informado ni contactado”, señala uno de los residentes de la colonia. Temen que sus hogares puedan verse afectados por las obras, ya que sus viviendas cuentan con un siglo de antigüedad y no confían en que los cimientos puedan soportar los temblores de la tuneladora. 

Tienen sus razones para desconfiar de las consecuencias de estos trabajos de ampliación: hace unos años, durante las obras de la M-30, las casas comenzaron a presentar grietas. A esto se suman las recientes vivencias de los vecinos de San Fernando de Henares, que han visto cómo sus casas se convertían en escombros por las obras de una línea de Metro mal planteadas. “No nos consta un estudio del impacto que tendrá en las viviendas”, cuenta otro vecino. 

Tampoco tienen noticias de ningún estudio de las consecuencias que tendrán las obras a nivel medioambiental. En los documentos publicados por la Consejería de Transportes únicamente se recoge el “arboricidio” que traerá consigo la ampliación de la línea 11: solo sobrevivirán 20 árboles de los 65 que incluye el plano. 

La problemática se extiende también al ámbito urbano, porque en los alrededores del parque se ubican dos centros educativos, el Colegio Siglo XXI y el CEIP Francisco de Luis. La zona de por sí es bastante peligrosa en lo que a seguridad vial refiere, los accesos están mal señalizados y hacen falta más pasos de peatones. El tránsito de camiones de descarga en la obra preocupa a las familias, que consideran que pueden acentuar el riesgo de sufrir accidentes al entrar o salir de los centros. 

Los vecinos, preocupados por la situación, se han lanzado a denunciar la desinformación y las consecuencias que conllevarán las obras. Bajo el lema “Línea 11 sí, pero no así”, piden a la Comunidad de Madrid que la ejecución de los trabajos de ampliación se haga en consenso con los afectados. Solo quieren que se les tenga en cuenta antes de generar un problema a gran escala en el que se verán afectados tres ámbitos: el medioambiental, el urbano y el residencial. 

Un nuevo capítulo del “arboricidio” madrileño

Los árboles vuelven a estar entre las víctimas de las obras de la línea 11. Según datos del Ayuntamiento de Madrid, 955 árboles llenan de verde el parque Darwin, entre ellos pinos, olmos, arces y tuyas. En los planos publicados por la Consejería de Transportes en julio de 2021 se recogen 20 talas, 26 árboles serán trasplantados y 20 podrán quedarse en el lugar. 

Los vecinos no confían en la viabilidad de los trasplantes. “Son ejemplares muy antiguos y terminarán muriendo cuando se muevan a otros terrenos”, señalan. Antes de que la tuneladora llegue al parque, tienen que quitarse los árboles y la tierra, aunque, según los vecinos “la tala no se ha autorizado todavía”. Sospechan que no tardarán en ejecutarla, ya que hace unos días vieron a unos técnicos evaluando el arbolado. 

Además, consideran “inviable” el trasplante y tala de estos árboles, ya que el impacto medioambiental tendrá sus consecuencias en la pérdida de la calidad del aire en un territorio aledaño a una de las vías de circulación más transitadas de la capital. Además, el parque Darwin es un enclave en el que se desarrollan múltiples actividades. Hay un campo de fútbol, zona canina y zona infantil, por lo que los vecinos se niegan a perder una zona verde que “da vida” al distrito. 

El ruido se suma a las problemáticas a nivel medioambiental que pueden traer consigo las obras. La pérdida de la pantalla acústica que separa la zona residencial de la A-3 preocupa a los vecinos, “la tuneladora puede convertirse en una pesadilla”. La desaparición del arbolado provocará además un aumento de temperaturas durante las olas de calor.

Los vecinos no tienen constancia de que la Consejería de Medio Ambiente haya sido informada de esta parte del proyecto que afecta directamente al entorno natural del parque. Para asegurar el éxito de las obras creen que “deberían trabajar en conjunto”, mientras consideran que Transportes ha mostrado “muy poca transparencia” al no contar con el entorno de esta zona de Moratalaz. 

El impacto de las obras en la vida del barrio

A pesar de que la normativa proyecto prevé que las obras a cielo abierto no se lleven a cabo durante las noches y sean desarrolladas “preferiblemente fuera del período estival”, los vecinos aseguran que afectarán notablemente en su día a día. Junto a la salida de la tuneladora se instalará un pozo de extracción para sacar todo lo que estorbe bajo tierra. A priori no resulta algo estrepitoso, sin embargo se calcula que puedan salir y entrar a la zona alrededor de 60 camiones diarios que trasladarán el material extraído a Valdemingómez. 

El tránsito de estos vehículos puede convertirse en un peligro para los alumnos de los dos colegios de la zona. Las salidas de la A-3 y de la M-30 conectan con la calle principal y el trasiego de coches entorpece diariamente la entrada y salida de los centros. Además, se trata de una zona comercial y consideran que el movimiento de camiones puede afectar al acceso.

Los vecinos consideran que no están contando con todas las características de la zona. La colonia recibe agua de un colector y en otras ocasiones han tenido problemas por la presión de los conductos. Que la tuneladora tope con una de las tuberías dejaría a más de 50 vecinos sin suministro y podría inundarse la zona. En el proyecto no hay constancia de que junto al parque hay una colonia en la que viven decenas de familias. Tampoco se han tenido en cuenta las condiciones de las viviendas, del terreno y de los cimientos. Aseguran que no están en contra de la ampliación de la línea 11, pero sí de la forma en la que se está haciendo. 

La concejala y portavoz adjunta de Más Madrid en el Ayuntamiento, María Pilar Sánchez, se ha comprometido con los vecinos y asegura que trasladará al Pleno sus preocupaciones. La desinformación del proceso y las posibles consecuencias que puedan traer las obras a las casas, a los colegios y al parque mantienen en vilo a los vecinos, que tan solo piden ser escuchados por las administraciones.