Los transeúntes cedieron el espacio público a la trashumancia en Madrid el pasado domingo 23 de octubre, en una jornada que sirvió para reivindicar la ganadería extensiva desde la capital. De paso, también para dejar una serie de estampas nada habituales en la ciudad.
Entre Casa de Campo y la sede del Ayuntamiento se desplazaron 1.400 cabezas de ganado. La mayoría, en torno a 1.100, eran ovejas, aunque no faltaron cabras y corderas. Un viaje que acabó con el recibimiento del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, “con los brazos abiertos” a los pastores, ganaderos, mayorales y rabadanes que han participado en la XXIX Fiesta de la Trashumancia.
Acompañado del delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, Almeida recibía los 50 maravedíes al millar que recoge la Concordia de 1418 entre los procuradores del Concejo de la Villa y los Hombres y Mujeres Buenos de la Mesta, y que era el pago de tributos a las autoridades por hace uso de los caminos ganaderos.
La Fiesta de la Trashumancia se celebra en Madrid desde 1994 para defender este tipo de pastoreo de ganadería extensiva. Un patrimonio único de 125.000 kilómetros y 420.000 hectáreas de superficie, protegido desde 1273 cuando el rey castellano Alfonso X El Sabio creó el Honrado Consejo de la Mesta de Pastores. El primer registro trashumante data de año 923 y Madrid ha dado hoy continuidad a este hecho histórico con la celebración de una fiesta amenizada con música y bailes tradicionales. Además, durante todo el fin de semana, el Centro de Información Ambiental (CIEA) de la Casa de Campo se ha unido a la efeméride con la organización de actividades gratuitas para familias y público en general.