Piden el Bien de Interés Patrimonial para la finca histórica en la que Almeida permitirá levantar 36.000 m2 de oficinas
La asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio ha anunciado la solicitud a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid de la declaración como Bien de Interés Patrimonial de la Finca de los Almendros, que se encuentra en peligro por un plan urbanístico. La finca, situada entre la M-40 y la carretera M-11, es uno de los pocos recuerdos de cuando el pueblo de Hortaleza, que se incorporó al municipio de Madrid en 1949, acogía quintas de recreo pertenecientes a las élites capitalinas.
Esta perteneció al dramaturgo Carlos Arniches Barrera desde 1922 a 1927, lo que hizo que se convirtiera en un entorno crucial de la sociabilidad de la Generación del 27 y la Residencia de Estudiantes. Por allí pasaron los escritores Federico García Lorca, Rafael Alberti, José Bergamín y Guillermo de Torre; los cineastas Luis Buñuel y Eduardo Ugarte; periodistas como Antonio Robles o Cipriano Rivas; o los arquitectos Rafael Bergamín, Eduardo Figueroa, Luis Lacasa, Fernando García Mercadal, Martín Domínguez, José María Arrillaga y Fernando Salvador, relacionados con Carlos Arniches Moltó, hijo del escritor e importante profesional de la arquitectura.
Actualmente, el Ayuntamiento está tramitando un plan especial por iniciativa de las monjas Adoratrices, dueñas de la finca. El proyecto se llevaría cabo a través de la empresa Therus y supondría la construcción de 36.200 metros cuadrados de oficinas, distribuidas en varios edificios, para lo que se llevaría cabo un intercambio de terrenos con el Ayuntamiento, el otro propietario de las parcelas del ámbito.
El informe que aparece en la documentación del plan especial es de parte, contratado por los impulsores del proyecto y redactado por el historiador Miguel Ángel García Valero. El documento considera que la finca no contiene ningún valor susceptible de protección urbanística, medioambiental o cultural. García Valero es desde el pasado 3 de octubre subdirector en el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, en el área de Patrimonio Histórico.
La opinión de este técnico, que ha sido criticada por sus nexos con partes implicadas en el proyecto urbanístico, no coincide con la de otros expertos. La propia asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio ya solicitó la incoación hace dos años y considera que existe un estudio redactado por la arquitecta Concha Diez-Pastor Iribas (la mayor especialista en Arniches hijo, el arquitecto) y la arqueóloga Rosa María Domínguez Alonso, que pone negro sobre blanco las razones para la protección del espacio.
Desde Madrid, Ciudadanía y Patrimonio ponen sobre la mesa también el caso de Velintonia, antigua residencia del escritor Vicente Aleixandre, como ejemplo de vivienda que ha merecido la declaración de Bien de Interés Cultural. “Aunque el escritor Carlos Arniches no recibiese el Premio Nobel, en su casa –y de su hijo el arquitecto homónimo- también se reunía la intelectualidad del momento, y la antigüedad y el valor arquitectónico, paisajístico y medioambiental del edificio y su parque es mayor que el de Velintonia”, dicen en la comunicación que han hecho llegar a sus asociados y seguidores a propósito de la decisión de pedir la misma declaración para la Finca de los Almendros.
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