Madrid blinda uno de sus secretos arquitectónicos mejor guardados. El Ayuntamiento ha aprobado inicialmente este jueves el plan especial de protección y conservación del local comercial de estilo brutalista ubicado en el número 55 de la calle Jorge Juan, en el distrito de Salamanca. Así lo ha anunciado la vicealcaldesa y portavoz municipal, Inmaculada Sanz, en rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno.
El área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad ha impulsado el blindaje a través de la Dirección General de Planeamiento, alineándose así con numerosas solicitudes procedentes de instituciones públicas, colegios de arquitectura y arquitectos. El edificio fue construido en 1910 y responde al tipo de inmuebles representativo de la construcción residencial de principios del siglo XX. Pero el local derecho de la planta baja, objeto de este plan de protección y conservación, se reformó en varias ocasiones en el pasado. Entre 1986 y 1987, a petición del empresario del calzado Manuel Losada, el arquitecto Francisco Alonso de Santos ejecutó una obra de reforma para instalar inicialmente en su interior una zapatería de lujo, ejemplo del estilo brutalista.
Ni la obra ni esta actividad se han regularizado administrativamente o puesto en uso desde aquel momento. Pero su divulgación entre arquitectos, debido a la condición del autor como profesor en una escuela de arquitectura, ha facilitado que el conocimiento de esta construcción haya trascendido a pesar de que haya permanecido cerrado durante décadas. Una vez concluidos los trabajos en 1987, el local ha quedado sin actividad y sin transformación hasta la actualidad, aunque entre 2017 y 2021 la Escuela de Arquitectura de Toledo llegó a un acuerdo con Losada para utilizarlo como espacio de actividades académicas y culturales.
Garantizar el valor patrimonial ante un nuevo propietario
Sin embargo, el inmueble fue adquirido en julio por Manuel Rodríguez Aseijas (exdirectivo de Inditex y Coca Cola), según reveló El Periódico de España. Para evitar una posible reforma que destruyese el valor patrimonial de la edificación, diversas figuras vinculadas a la arquitectura comenzaron a movilizarse reclamando su protección. El Consejo Superior de Arquitectos de España, con apoyo del Colegio de Arquitectos de Madrid, comenzó el expediente ya en 2021. En él se solicitaba al Ayuntamiento su inclusión en el catálogo de inmuebles protegidos. El director general de Vivienda y Rehabilitación de la Comunidad de Madrid avaló la solicitud, y ahora el consistorio la materializa.
De esta forma, se dota a este local de 199 metros cuadrados de la regulación normativa que permitirá su protección y puesta en valor. Al mismo tiempo, hace viable su funcionamiento como establecimiento comercial, después de permanecer cerrado más de 35 años. Según determina el expediente, este recinto del distrito de Salamanca es merecedor de protección y conservación en su estado actual, sin perjuicio de que puedan acometerse las obras necesarias para el desarrollo de actividades comerciales.
En concreto, la nueva protección integral otorgada afecta a sus características espaciales, volumétricas y decorativas actuales tanto interiores como exteriores, incluyendo sus acabados, materiales y detalles como los revestimientos y aplacados, pavimentos, falsos techos, mobiliario, carpinterías y cerrajerías, tal y como aparecen descritos en los planos y proyecto de Francisco Alonso de Santos.
La fachada, las escaleras y el patio interior deberán ser restaurados de forma obligatoria para recuperar el estado descrito en el proyecto original. Las tres mesas circulares existentes se consideran parte consustancial del local, por lo que para la implantación de cualquier nuevo uso se deberá estudiar su integración en el desarrollo de la actividad. La mesa ubicada sobre la escalera deberá permanecer en su ubicación original.
Dentro del régimen de obras permitido en el plan especial, se establecen las actuaciones concretas que se pueden acometer sobre los elementos protegidos. En lo que afecta a las obras de conservación y restauración, se deberán emplear materiales y técnicas iguales a las del elemento en el que se actúe. Respecto a los trabajos de acondicionamiento, se determina que no podrán alterarse las características de los elementos catalogados. Se permite la modernización de instalaciones existentes para ajustarlas a normativa en materia de climatización, siempre que se ubiquen en los espacios previstos para ello en el proyecto original.
También podrán autorizarse soluciones que supongan la mínima intervención sobre elementos protegidos para adecuar el local a las condiciones necesarias de seguridad, utilización, accesibilidad y de protección contra incendios, previo dictamen favorable de la Comisión Institucional para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural (CPPHAN).