Una plaza de Madrid para recordar a una humilde comerciante: Maruja, la “sonrisa” de una histórica papelería

No fue una artista de renombre. Tampoco una deportista de élite, ni una figura política de primer nivel. Maruja era, sencillamente, la dueña de una de las principales papelerías del barrio. Y ya es decir. Ahora, Madrid dedicará una plaza a esta querida vecina fallecida en marzo de 2023. Será, además, cerca del negocio que regentó durante 60 años.

La Junta Municipal de Fuencarral-El Pardo aprobó en febrero nombrar oficialmente plaza de Maruja al espacio interior entre las calles de Marcos de Orueta y Ángel Múgica, en el barrio administrativo de Valverde y el barrio oficioso de la Virgen de Begoña. Ahora, la Junta de Gobierno municipal ha validado la iniciativa, tal y como ha informado este jueves en rueda de prensa la vicealcaldesa Inmaculada Sanz.

La plaza consta de un área infantil, un circuito de máquinas de ejercicios para personas mayores y varias zonas ajardinadas, por lo que se ha convertido en uno de los espacios más utilizados por vecinos de distintas edades, convirtiéndose así en un lugar de convivencia, encuentro y esparcimiento.

Solo le faltaba un nombre que recogiera ese afán por hacer barrio, algo que nadie en Begoña representó tan bien como Maruja. La papelería, ubicada en el número 4 de la calle Ángel Múgica, continúa en funcionamiento a cargo de su hijo. Con ello, la papelería Maruja seguirá siendo parada obligada para todas las familias del barrio al inicio de cada curso escolar y durante todo el año.

Otra plaza, dedicada a un gran waterpolista

La Junta de Gobierno ha aprobado además modificar la denominación de la plaza de la Corona Boreal por la de waterpolista Jesús Rollán Prada. Corona Boreal pasará ahora a designar el espacio delimitado por las calles Pérez de la Victoria, Caroli, travesía de Caroli y las traseras del Innovation LAB y de la Sala de Lectura Dolores Catarineu. 

Los trámites comenzaron en abril del año pasado, cuando el pleno del distrito de Moncloa-Aravaca aprobó por unanimidad dedicar una plazuela en Aravaca al waterpolista, uno de los vecinos más ilustres del barrio. Nacido en 1968 y fallecido en 2006, fue una de las figuras claves en el waterpolo de nuestro país, contribuyendo al conocimiento de este deporte y siendo, posiblemente, el portero español más reconocido. Su primer equipo fue el Club Deportivo San Blas.

Fue miembro de la selección española de 1980 a 2004, con la que participó en cinco Juegos Olímpicos y con la que logró la medalla de plata en Barcelona 92 y el oro olímpico en Atlanta 96. También fue dos veces campeón del mundo: en Perth (1998) y Fukuoka (2001). Entre los reconocimientos que obtuvo, destaca la medalla de oro de la Real Orden del Mérito Deportivo. Desde la temporada 2005-2006, se otorga el Trofeo Jesús Rollán con el que se reconoce al guardameta de waterpolo menos goleado de cada temporada.