Vuelta al punto de partida con la conexión de Metro para los desarrollos del Este de Madrid. La Consejería de Transportes ha visto cómo su concurso para diseñar una nueva estación en la línea 9 ha quedado desierto después de que ninguna empresa se presentara al concurso, convocado hace solo dos semanas.
La ausencia de compañías interesadas en el contrato, valorado en 352.717,37 euros y con un plazo de 14 meses para su ejecución, fue constatado por la mesa de contratación el pasado lunes, cuando al reunirse para valorar las ofertas comprobó que no había llegado ninguna.
El plazo para recibir dichas ofertas se cerró el pasado 8 de febrero pero un día antes el Ayuntamiento de Rivas lo denunció en los tribunales a través de un contencioso-administrativo por considerar que las condiciones exigidas por la Comunidad de Madrid afectaban de lleno a la movilidad en transporte público de los habitantes de este municipio.
En concreto, Rivas-Vaciamadrid consideraba que perjudicaba su conexión con el Cercanías por prever el cambio de trenes que actualmente se hace en Puerta de Arganda (donde existe comunicación con los trenes de la parada de Vicálvaro) se iba a trasladar a la nueva parada entre Los Ahijones y Los Berrocales. Hasta 3.000 viajeros se verían afectados diariamente por este cambio.
La denuncia que pedía la anulación del concurso ha sido admitida a trámite en los juzgados, informan fuentes del consistorio este jueves. Aunque habrá que esperar a ver su evolución, debido a la declaración del concurso desierto. También habrá que esperar a ver si la Consejería de Transportes convoca otro en términos similares o replantea el diseño de la estación para facilitar la entrada de alguna empresa interesada en la futura licitación. De momento este organismo regional no ha indicado cuáles serán sus próximos pasos.
Una estación a medio camino de las viviendas
La Comunidad de Madrid había previsto la única parada del Metro en los nuevos desarrollos del Este en la intersección de Los Ahijones y Los Berrocales, donde ahora solo hay obras de urbanización que alumbrarán una enorme avenida. Alrededor, zonas verdes junto a un aparcamiento, con las viviendas bastante alejadas. Este es uno de los hándicaps de la estación, que el Gobierno regional quería transformar en una especie de intercambiador para potenciar las conexiones con otros medios de transporte.
En torno a la parada estaba previsto que confluyeran las paradas del Bus Rapid que circulará por la Gran Vía del Sureste a través de un carril reservado, similar al que el Ayuntamiento de Madrid ha puesto en funcionamiento en Valdebebas y Sanchinarro. También carriles bici y un parking disuasorio.
“Debido a la escasa cobertura de esta estación, se debería tratar de potenciar al máximo sus condiciones de intermodalidad”, explicaban los pliegos del concurso para diseñar la parada. “La estación deberá tener conexión vertical con el paso superior de por donde circulará el autobús prioritario”, añadía para reforzar esta idea.