La tala de cedros singulares que pone en peligro el Paisaje de la Luz en Madrid, protegido por la Unesco
Los cotorreos se sobreponen este martes al ruido del tráfico en la zona verde que se abre entre el paseo de la Infanta Isabel y la avenida Ciudad de Barcelona. Sobre las frondosas ramas de los cedros que crecen allí desde hace décadas anidan varias cotorras argentinas, que no prestan atención a las vallas de obra colocadas por los operarios de la Comunidad de Madrid, cercando esta zona del parque. Sus nidos caerán esta semana por la motosierra, junto a decenas de árboles del Jardín de Jimena Quirós y del paseo de Santa Isabel, preparando el terreno para el nuevo túnel de la línea 11 de Metro, que pasará por allí en unos meses.
Las talas previstas por la Comunidad de Madrid son las últimas dentro de una secuencia que arrancó el 11 de diciembre en Madrid Río y en el parque de Comillas, y que se ha ido extendiendo de Carabanchel y Arganzuela (antes de Navidad llegó a Palos de la Frontera) hasta Conde de Casal en medio de las protestas del movimiento No a la Tala. Pero las que se ejecutan esta semana junto a la estación de Atocha, a 100 metros del parque del Retiro, tienen un ingrediente adicional a la indignación vecinal ya conocida: se ejecutan dentro del Paisaje de la Luz de Madrid, el entorno declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco hace solo dos años.
La pérdida de arbolado en este entorno protegido ha desatado una batalla en Madrid que tiene a los vecinos y partidos de la oposición a un lado y al Ayuntamiento y Comunidad de Madrid al otro. El último en unirse a la refriega ha sido el Ministerio de Cultura, pidiendo una Evaluación de Impacto Patrimonial que, según el organismo dirigido por Ernest Urtasun (Sumar), es obligatoria y debería haber pasado por su departamento antes de ser elevada a la Unesco por el Gobierno de Ayuso.
En esta evaluación deberían estar las 51 talas que finalmente tendrán lugar en este entorno, según datos recabados por el PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, que lleva denunciando esta actuación en entorno protegido desde el pasado mes de septiembre. La mayoría son plátanos de sombra de una altura considerable, además de varios ginkos, sóforas del Japón y cuatro cedros del Himalaya, una especie considerada singular y cuyo presencia destaca estos días de invierno por sus hojas perennes y su enorme porte. Varios de los ejemplares que caerán cuentan con más de veinte metros de altura y casi tres metros de perímetro. Sus troncos son tan anchos que harían falta dos personas para abrazarlos por completo.
Esta especie de cedros llorones, conocidos popularmente así por la forma alicaída de algunas de sus ramas, se encuentran en el Jardín de Jimena Quirós desde hace décadas. Algunos vecinos apuntan que podrían rondar los cien años. Podemos intuir su edad acudiendo a la legislación regional, que obliga a entregar un árbol por cada año de vida talado en unas obras: la desaparición de estos 4 ejemplares de grandes dimensiones obligará a compensar con otros 315 árboles a los viveros municipales.
Además de los árboles talados, otros 14 serán trasplantados para permitir avanzar las obras de ampliación de la línea 11 de Metro, que en bajo esta zona verde planea los andenes de la nueva estación, con conexión a la estación de Atocha.
El Ministerio de Cultura está preocupado por el impacto de las talas sobre el único espacio de la capital declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el del Paisaje de la Luz, que abarca el eje del Prado, desde Cibeles hasta Atocha, incluyendo el Retiro y algunas zonas verdes aledañas. El ministro Urtasun envió este martes una carta a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, advirtiéndoles de este peligro por no haber presentado la citada Evaluación de Impacto Patrimonial.
“Ayer por la noche nos enteramos de que la tala iba a empezar por los medios de comunicación”, explica Urtasun en declaraciones recogidas por Laura García Higueras. “Nos preocupa porque creemos que pone en peligro el valor universal que ha motivado que el Paisaje de la Luz sea en estos momentos Patrimonio Mundial de la Unesco”, añade a la vez que confirma no tener conocimiento “de que la actuación se haya realizado con la Evaluación de Impacto Patrimonial que debe hacerse en estos casos”.
"Antes de manifestarme sobre los próximos pasos quiero esperar a ver si ese diálogo fructifica"
Hasta en tres ocasiones se han dirigido a Comunidad como al Ayuntamiento de Madrid desde el Ministerio sin tener respuesta ninguna. Así que Urtasun decidió enviar la carta “para pedirles que paralicen la tala de manera inmediata, que asuman su responsabilidad en la protección de un bien protegido por la Unesco y que busquemos una solución que permita defender ese patrimonio”. Y deja la puerta abierta a otras medidas: “Antes de manifestarme sobre los próximos pasos quiero esperar a ver si ese diálogo fructifica”, explica.
La Comunidad de Madrid dice tener todos los permisos
En el Gobierno de Ayuso aseguran que las obras de prolongación de la línea 11 cuentan “con todos los permisos y autorizaciones necesarias”, explican a Somos Madrid desde la Consejería de Transportes, encargada de las obras. Sobre los trabajos en la zona afectada por las talas de esta semana, explican que “no tiene proyecciones luminosas desde la superficie al vestíbulo y mediante la redacción del modificado del proyecto constructivo se ha minimizado el impacto arbóreo de la zona del Paisaje de la Luz a su paso por Atocha”. En concreto se van a talar ocho árboles menos de los previstos, según cifras a las que ha tenido acceso este periódico.
Ante los temores del Ministerio de Cultura, el Gobierno regional explica que está en permanente comunicación con el Ayuntamiento de Madrid para que la restitución en superficie sea conforme al diseño que el Consistorio quiere trasladar para el Paisaje de la Luz a su paso por esta zona. “Siendo una obra subterránea no tiene impacto en la imagen posterior que se trasladará a la Unesco”, asegura una portavoz.
Desde la Consejería de Transportes destacan además que el nuevo proyecto ha reducido a casi la mitad el número de árboles talados a lo largo de todo el trazado: de 1.027 se ha pasado a 523, después de las alegaciones vecinales, sus manifestaciones de cada semana y de las fuertes presiones de los grupos políticos y del Ministerio de Transición Ecológica. El área de Medio Ambiente regional concedió la Declaración ambiental favorable el pasado 14 de noviembre y desde entonces se han ido sucediendo los “arboricidios”, la palabra con la que los vecinos critican la pérdida del patrimonio verde. Transportes contrapone, frente a ellos, la cifra de 14.000 árboles que serán repuestos en diferentes zonas verdes de la capital.
“Van a reponerlos en Valdebebas”, lamentaba este martes la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto, que visitaba el Ministerio de Cultura junto a las concejalas Emilia Martínez Garrido y Adriana Moscoso para exponer su preocupación por los apeos en el Paisaje de la Luz. Ante el director general de Patrimonio Cultural, las tres expusieron los detalles de un proyecto que, a su parecer “puede poner en riesgo la Declaración del Paisaje de la Luz como Patrimonio de la Unesco, y el único responsable será el señor Almeida”. Maroto aludía a la concesión de los permisos para echar abajo el arbolado, que depende del consistorio, aunque la obra la ejecute la Comunidad de Madrid.
Mientras los políticos se movían, el movimiento vecinal del No a la Tala se concentraba por la mañana en las inmediaciones de la estación de Atocha, al grito de “cedros singulares, talas ilegales”. “Me produce verdadero rechazo, pavor, que vayan a cortar estos árboles tan grandes porque dan muchísima sombra y aparte de que protegen del medioambiente, de la contaminación, son un pequeño oasis”, se quejaba una de las vecinas afectadas, en declaraciones a Europa Press. “Caminar por esta calle, por lo menos hasta el verano pasado, era un verdadero oasis gracias a los árboles y que los corten, que los talen así sin miramientos me parece un atropello”, añadía.
Los vecinos también se agarran a la declaración de la Unesco para salvar los 51 árboles condenados en su barrio. “Cuando se otorgó el Patrimonio de la Humanidad al Paisaje de la Luz, venía con una serie de condicionantes como bajar la contaminación y evitar que hubiera determinadas actividades en la zona. Entonces la Unesco tiene que garantizar que todas las obras que se hagan en su ámbito siguen el principio de respetar la integridad del bien cultural protegido. Pensamos que en este caso no se está haciendo”, apuntaba el secretario de la Asociación Vecinal Retiro Norte, Félix Sánchez. “Sabemos que hay alternativas viables desde el punto de vista técnico”, añadió el concejal Nacho Murgui, presente en la concentración.
Si nada cambia, las talas arrancarán en cualquier momento de esta semana y acabarán el sábado 12 de enero. Como parte de los trabajos previos, dos operarios horadaban antes de la hora de comer la tierra de una mediana previa a los jardines afectados para arrancar tres pequeños árboles de liquidámbar, destinados al trasplante. Pero nadie sabe cuándo empezará a sonar la motosierra, ni siquiera las personas sin hogar que pasan noche en tienda de campaña al pie de uno de los cedros que desaparecerá para siempre. “No nos han avisado”, explican a este periódico, con gesto despreocupado, después de verse rodeados de vallas desde este martes.
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