Una cooperativa ecológica con 25 años en Tetuán planta cara el fondo que ha echado al resto de vecinos del edificio
En el número 1 de la tetuanera calle Salvia existe una cooperativa de consumo ecológico que lleva desde 1999 reuniendo a vecinos concienciados con la producción de proximidad y ética. Está enclavada en un bonito edificio de 1930 del que ya hablamos hace unos meses con motivo de su compra por el fondo Elix Rental Housing, que ya entonces amenazaba con echar a los inquilinos, que llevaban una media de veinte años viviendo allí. Por supuesto, también a los cooperativistas de Ecosol -así se llama la cooperativa- radicados en un local comercial del bajo.
El caso de Salvia reproduce una película que se ha visto más últimamente en el distrito. Después del fallecimiento de la vieja casera del edificio en 2020, el inmueble empezó a pasar de mano en mano. En este caso, lo recibió en herencia la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que lo vendió a Apolo Real State S.L. Luego pasó a formar parte del catálogo de activos de Intedisa y finalmente recayó en Elix.
Como el resto de vecinos, en Ecosol recibieron hace más o menos un año una notificación de Elix que decía que querían extinguir su relación contractual para vaciar el edificio y reformarlo. Aunque el fondo no quiere cobrar el alquiler, la cooperativa sigue pagando cada mes su alquiler, depositándolo en el juzgado. Ellos consideran que tienen derecho a continuar alquilando el local y esperan que, en todo caso, sea un juez quien lo dirima. Mientras, esperan que llegue la previsible demanda de la propiedad.
“Este último fondo de inversión lo que ha hecho es negociar. Al principio, nosotros insistimos y provocamos que la negociación se produjera en bloque, con todas las vecinas, pero la táctica de los inversores fue desde el primer momento intentar hacerlo individualmente a través de dos intermediarios, que en realidad son asalariados suyos”, explica un interlocutor de Ecosol.
Aunque en un principio el resto de vecinos del edificio se organizó también con el Sindicato de Inquilinas de Madrid para luchar juntos, poco a poco fueron plegándose a las negociaciones individuales y aceptando marcharse por cantidades pequeñas, que oscilan entre los tres mil y los cinco mil euros, según ha podido saber este medio. Aún queda, no obstante, algún vecino habitando el edificio de Salvia.
“A nosotros también nos plantearon una negociación individual. Es decir, uno a uno con los setenta socios de la cooperativa. Inicialmente, pretendían negociar con los supuestos ejecutivos de la misma, sin darse cuenta de que somos una cooperativa y además una particularmente horizontal. Nosotros hicimos una negociación abierta y les planteamos que queremos quedarnos, de todas formas”.
Desde la cooperativa hicieron llegar a la nueva propiedad que querían buscar soluciones. Trasladarse temporalmente mientras se llevaban a cabo las obras del inmueble y negociar un alquiler que les permitiera continuar su actividad en la calle Salvia. Sin embargo, se toparon con la negativa tajante de Elix . “Es el mercado, nos dijeron”, explican desde la cooperativa.
Los cooperativistas de Ecosol saben que están sufriendo en sus carnes un proceso de gentrificación, que está afectando a todo Madrid y es particularmente intenso en el distrito de Tetuán. “Lo están tirando todo para construir. De hecho, alrededor había locales, al lado nuestro una droguería que cerró para convertirse en una vivienda hace unos seis años”, explican, y cuentan que tienen en torno a un 15% de rotación ocasionada por la expulsión de la gente que no puede pagar los alquileres en el barrio.
Este proceso de encarecimiento hace que la vida fuera de Salvia 1 sea complicada para Ecosol. “No hay alternativas y lo poco que hay es carísimo, triplica el precio que estamos pagando ahora mismo. Tendríamos que marcharnos fuera del barrio, lo que haría que el proyecto perdiera el sentido porque somos todos de la zona. El proyecto nace implicado en el propio barrio, en Tetuán. Tenemos relaciones con Madrid Agroecológico, con COP57, pero también con las asociaciones de vecinos. No somos una tienda”, cuentan.
Ecosol es un nodo de vecindad y queda claro que fuera de Tetuán sería un proyecto totalmente distinto. Es un lugar de encuentro, desde el que ocasionalmente salen juntos a visitar a los productores con los que trabajan, hacen talleres enraizados en el territorio, participan de la Feria de Entidades de Tetuán...
Elix, el casero de Ecosol, es una de las compañías que integra la sociedad Elix Rental Housing Socimi II, junto a la empresa AltamarCAM Partners. Esta última entidad está presidida por Claudio Aguirre, primo segundo de la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre. Sus compras de edificios han salido en los papeles en el último año, en algunos casos, como en Trubulete 7, por la resistencia pertinaz de los inquilinos, que el mes pasado organizaron un espectacular entierro “por las vecinas y vecinos expulsados”.
Desde la comunidad de Ecosol explican que colaboran con el resto de bloques en lucha y, aunque creen que en Tetuán es más complicado liarla como han hecho los vecinos de Tribulete -“son muchos y Lavapiés es un barrio muy comprometido”, explican- pero no descartan organizar protestas y, desde luego, luchar por seguir haciendo barrio muchos más años alrededor de la comida.
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