Crean un mapa para identificar todas las “aceras de mierda” en Tetuán
Olga Berrios es una vecina de Tetuán inquieta –permanentemente metida en fregaos, se podría decir–. En nuestro diario ya la entrevistamos con motivo de Dibutetuán, una revista gráfica sobre el distrito que es buen ejemplo del estilo que revisten todos sus proyectos: ella tira hacia delante con las ideas que se le ocurren pero estos siempre tienen vocación comunitaria, en el sentido de ser útiles a sus vecinos y de involucrarlos. Te invitamos a darte una vuelta por Labroma.org para conocerlos todos.
El último proyecto ideado por Olga es un Mapa de las aceras de mierda de Tetuán y sigue la estela de otras cartografías anteriores, como su mapa de graffitys de Tetuán. La primera versión del mapa surge de sus paseos por Tetuán, su capacidad de observación y sus propias fotos pero, tras compartir el mapa colaborativo en redes sociales, ya han llegado las primeras aportaciones vecinales porque todos los tetuaneros sufrimos las aceras de mierda.
Las calles interiores de la mayoría de los barrios de Tetuán son estrechas y sus aceras exiguas. Calles huérfanas de planificación, fruto del origen del barrio como extrarradio, cuyas casas no suelen tener garages privados y en las que los coches aparcador se expanden a lo ancho de la calzada. En algunas de ellas se han cambiado las alineaciones y ensanchado las aceras –típicamente suele hacerse con una de las dos– pero en la mayoría de los casos las aceras siguen siendo similares a las de los viales históricos, de cuando apenas había tráfico rodado.
En opinión de Olga, “es importante redistribuir el espacio en las calles, quienes conducen coches tienen un privilegio brutal comparado con los peatones”.
La cosa se complica para el viandante de Tetuán cuando se encuentra con un cubo de basura o un patinete eléctrico atravesado en todo el ancho de una de estas aceras escalón. En otras ocasiones, el peatón ni si quiera tiene la opción de apartar los objetos que le salen al paso. Es el caso de las calles Divino Redentor, Matadero u Olite, en las que torretas eléctricas adosadas a fachadas simplemente hacen imposible pasar a todo aquel que no haya nacido adornado por el don mutante de traspasar superficies.
Berrios, experta en accesibilidad cognitiva, destaca que se trata de “un tema de accesibilidad: por la mayoría de las calles de Tetuán no podría ir una persona con una silla de ruedas por lo estrechas que son las aceras, y lo mismo pasa con un carrito de bebé”.
Olga ha creado un apartado en el mapa para estas aceras con protuberancias llamado Salto de obstáculos y con el mismo humor ha diseñado el resto de las categorías: Aceras aparcamiento (con el espacio hurtado por las motos o los morros de los coches), Aceras masificadas (el gran ejemplo es Bravo Murillo en algunos tramos) y Aceras enanas (como las de las calles calle Bellver o Nuestra Señora del Carmen, que rondan los 30 cm. de ancho).
La categoría Aceras masificadas señala que el problema no se circunscribe solo a las calles secundarias del mapa, sino que toca de lleno el debate de la reconversión de Bravo Murillo en una artería menos cochecéntrica y que mire más a la enorme población de viandantes que acoge. En la discusión de twitter acerca de las aceras de mierda, el usuario SOS Bravo Murillo reclamaba acertadamente atención hacia la calle que inspira su nombre:
Por el momento, el mapa suma 18 puntos negros con aceras de mierda pero cualquier vecino de Tetuán sabe que, a poco que la iniciativa tenga éxito, pronto la trama de la pantalla aparecerá repleta de fotos de calles solo aptas para equilibristas y peatones con pies de geisha.
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