El lunes por la mañana la placita que hay frente a al polideportivo municipal Playa Victoria, en la calle Hierbabuena, amaneció con una intervención artística muy llamativa. Unas sesenta gallinas, gallos y pollitos pintados y silueteados sobre cartón estaban clavados en el suelo de una zona presuntamente ajardinada y rodeada por unas vallas blancas de madera, que recuerdan a un corral. En realidad, el espacio nunca ha tenido más plantas que las que los propios vecinos han llevado y las malas hierbas. Con las vallas rotas en varios puntos, sirve habitualmente para que los perros hagan sus necesidades. Por esto, efectivamente, el espacio parece un gallinero y la acción estaba anunciada in situ con la etiqueta para redes sociales #elcorraldetetuan.
Hablamos con Beatriz, de la cercana escuela de arte La Artigua, cuyos alumnos y alumnas han pintado con mimo las gallinas, todas únicas y distintas entre sí. “Estamos contentas porque han participado todos en la escuela, queríamos llamar la atención sobre el mal estado de una plaza que podría ser muy agradable por dónde está situada, frente al polideportivo, pero está muy abandonada”, nos cuenta. La Artigua es una escuela de arte muy arraigada en el barrio que ha participado en proyectos vecinales como el mural de la calle Almansa que recientemente se pintó en el contexto de los Planes de Barrio o el cercano muro del polideportivo Playa Victoria, dentro del proyecto Compartiendo Muros.
Aunque la acción no reivindica explícitamente este hecho, se da la circunstancia de que el solar, que figura en el inventario de bienes patrimoniales del Ayuntamiento y tiene una calificación de Equipamiento básico, tiene hace años la X que lo señala como el lugar donde debería construirse el centro de salud del barrio de Berruguete. O lo que es lo mismo, la zona básica de salud de Villaamil, cuyo centro de atención primaria ha cerrado recientemente.
Si bien hay quien opina que el solar no es suficientemente grande para albergar el centro de salud –hay opiniones contrapuestas al respecto– lo cierto es que este destino no ha quedado olvidado: fue señalado por la Asociación Vecinal Cuatro Caminos Tetuán en el discurso final de la manifestación contra el cierre del centro de Villaamil, que reunió a unas seiscientas personas el pasado 29 de junio.
Las gallinas que, como nos explica Beatriz, “durarán lo que duren, es una obra efímera”, llamaban ayer la atención de todo el que pasaba por allí, leía el nombre de los autores en su reverso y se preguntaba quiénes eran los granjeros artistas. Por la tarde se levantó viento y, de forma inesperada, las figuras giraban como una veleta sobre los palillos que las sostienen.
Del solar frente al Playa Victoria a la plaza de las Lunas
En comparación con la muy populosa Plaza de las Palomas (Plaza del Canal de Isabel II, en Bravo Murillo), a cuyas espaldas se sitúa, la placita-solar frente al Playa Victoria se aparece como un espacio mucho más modesto. Es, sin embargo, un lugar que ha suscitado en los últimos años muchas polémicas y bonitas acciones colectivas por parte del vecindario.
Durante mucho tiempo el solar presentó el típico aspecto de tierra dura e irregular del descampado tipo. Abierto y situado en un entorno de paso, era utilizado sin embargo por los niños para jugar y por los perros.
En 2013 se instaló en el centro del solar la obra Hypertube, una gran estructura formada por tubos de hormigón que pertenecía al repertorio de acciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento en Paisaje Tetuán para mejorar el aspecto del distrito. Aunque la intención de la obra era convertirse en “un lugar de encuentro para los vecinos y paseantes”, lo cierto es que gustó a muy poca gente y pronto se convirtió en objeto de oposición de los vecinos, que a menudo recordaban que en el solar debía haberse construido un centro de salud. Fue retirado en 2016.
En distintas ocasiones, vecinos, vecinas y asociaciones han llevado a cabo plantaciones (con macetas y todo) y organizado actos reivindicativos del propio espacio. En una ocasión desde la Asociación Vecinal Cuatro Caminos Tetuán sacaron a los niños y niñas a pintar su plaza ideal con caballetes de La Artigua. También se han hecho recogidas solidarias y observaciones astronómicas desde la Casa Vecinal de Tetuán, razón por la que reivindican el uso del nombre Plaza de las Lunas.
Durante la anterior legislatura, el equipo de Ahora Madrid soló el espacio, pintó unos juegos infantiles en el centro, puso bancos y las vallas blancas que hoy son el gallinero de la acción artística de la que hablamos. El solar se convirtió en plaza, lo que supuso un indudable avance, pero los espacios vallados para el ajardinamiento nunca han tenido planta alguna que no fuera espontánea ni cuidado, por lo que el espacio sigue presentando un cierto aspecto de abandono.
La única sombra de la plaza la proporciona un calicanto de buen porte que ha crecido silvestre. Este árbol, propio de los descampados, está catalogado como especie invasora y en los distintos debates sobre la plaza solía surgir la duda de si era necesario eliminarlo. El calicanto da sombra y es una buena metáfora de cómo esta islita urbana del barrio de Berruguete ha ido conformándose como plaza de barrio por su propio uso. A pesar de ello, o precisamente porque ha llegado a serlo, el vecindario sigue reivindicando que se le mime más, bien sea como sede del ansiado centro de salud, bien sea como Plaza de las Lunas.