Todas se parecen pero no hay dos iguales: mapeando el neomudejar popular de Tetuán para protegerlo

Luis de la Cruz

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El pasado jueves, 24 de junio, un grupo heterogéneo de vecinos y vecinas de Tetuán se reunían a última hora de la tarde en la Huerta de Tetuán. El punto único del distendido orden del día era organizarse para mapear el neomudejar popular del distrito de Tetuán. Esto es, las casas de ladrillo de toda la vida, las que, más o menos intuitivamente, todos los vecinos identifican como las casas antiguas del barrio. Cada vez quedan menos, igual que ocurre con las casas bajas que una vez dibujaron el imaginario tetuanero, y las que hay corren peligro de desaparecer porque son pocas las que cuentan con protección urbanística.

A la reunión acudieron vecinos del entorno del Espacio Bellas Vistas, donde hace unos meses tuvo lugar la primera reunión del Grupo por la Protección del Patrimonio de Tetuán –un grupo informal de vecinos nacido precisamente con esta intención–, gente de la Huerta de Tetuán, de la Asociación de Vecinos Cuatro Caminos Tetuán, vecinos del distrito sensibles con su entorno, e incluso otros de Carabanchel, interesados en replicar el proyecto en su distrito, donde también existe caserío de las mismas características.

Con planos del distrito fotocopiados en las manos, y tras una presentación del proyecto, los asistentes se dividieron en grupos de trabajo autogestionados, que ya están sobre la empresa de barrerse todas las calles de Tetuán en busca del neomudejar popular superviviente. Viendo el mapa sobre el que van volcando el resultado de sus pesquisas y las fotos de las casas, cuesta creer que el proyecto acabe de nacer.

En cuanto a la organización, hay de todo: el grupo del barrio de Valdeacederas se ha juntado dos días ya para patearse juntos el barrio, el de Cuatro Caminos dividió las calles del sector entre sus miembros, en Bellas Vistas ha surgido un grupo de Whatssupp que ha hecho crecer aún más el proyecto…y así cada uno de los seis barrios que componen el distrito de Tetuán.

“A veces es sencillo identificarlo, pero en muchas ocasiones las casas se han ido encalando o se les han añadido otras partes que nos hacen dudar”, explican desde el grupo, cuyos miembros se pasan las fotos a través de Whatssupp para compartir dudas e ideas. Algo con lo que se han encontrado es que algunos arquitectos han homenajeado en sus construcciones modernas los motivos de las viejas casas de ladrillo de época. Esto sucede, por ejemplo, en un bloque de la calle de las Azucenas o en la propia Plaza de la Remonta, donde por cierto hay un monumento a los maestros ladrilleros.

*Mapa en construcción, se puede seguir la evolución del mismo en la web de la iniciativa

“Nos encontramos con la paradoja de que, por un lado, se hacen homenajes dentro de Tetuán al estilo por considerarlo como característico de su historia y, de otro, las casas originales están mal cuidadas y van desapareciendo”.

La idea del mapeo es que sirva de visibilización del patrimonio de Tetuán como primer paso para su protección. “Queremos incidir en que se proteja lo más posible y sabemos que el Catálogo está actualmente en revisión”. El Grupo por la Protección del Patrimonio de Tetuán ya ha hecho alegaciones y se ha personado en el expediente de Bravo Murillo 315, con licencia de derribo, exigiendo que la nueva construcción respete la protección con que cuenta el inmueble y conserve la fachada (cosa que el proyecto en marcha no hace). Lamentablemente, no es necesario rascar mucho para encontrarse con este tipo de patrimonio en peligro. Recientemente una excavadora estuvo a punto de tirar abajo el edificio de Genciana 32-Miosotis 60, un interesante ejemplo del estilo que data del año 1925, en la actualidad okupado, y donde está planificado construir un edificio nuevo.

Neomudéjar popular

El Neomudéjar es un estilo arquitectónico de corte historicista ligado al uso del ladrillo que se desarrolló a finales del siglo XIX y principios del XX. El estilo caló en edificicios dedicados al ocio, en fábricas y también en la construcción de viviendas. Podrían ser buenos ejemplos en Madrid de este estilo la Iglesia de la Paloma, la plaza de toros de Las Ventas, las Escuelas Aguirre, la fábrica de cervezas El Águila o el Matadero de Madrid, entre otros muchos.

El uso de la decoración neomudéjar en ladrillo se utilizó profusamente en la construcción de viviendas, y de forma muy notable en la vivienda popular del extrarradio madrileño de la época. Los maestros de obras, trabajadores de la construcción y jornaleros que construían el Madrid del Ensanche fueron asentándose en barrios como Cuatro Caminos, Tetuán, Ventas, Puente de Vallecas, Guindalera, Carabanchel o Prosperidad, unos dependientes administrativamente de Madrid y otros no, pero todos fuera aún del Madrid planificado.

Estos trabajadores y arquitectos sin firma dejaron su impronta a través de soluciones ornamentales a soga y a tizón en el ladrillo de sus casas, que hoy podríamos afirmar sin temor a equivocarnos son testigos patrimoniales del crecimiento de Madrid. Aunque era un tipo de construcción humilde, para clases populares, un análisis meticuloso de sus fachadas desgastadas devuelve una variedad tipológica mayor de la que se podría suponer a priori, a veces enriquecida con otros detalles de la época como pequeños elementos cerámicos o la forja de sus balcones.

 En los últimos años se habló en prensa del estilo a propósito de las casas bajas de Peironcely 10, en Vallecas, indultadas por ser el escenario de una célebre fotografía de Robert Cappa durante la Guerra Civil Española. El vecindario de Tetuán, sin embargo, cree que estas casas centenarias merecen salvarse aunque nadie las haya fotografiado antes.