La calle José Calvo es una pequeña bocacalle de Francos Rodríguez, con solo algunos locales comerciales y escaso tráfico. Sin embargo, esto ha cambiado desde que se han instalado al menos 20 cocinas industriales en los bajos de un edificio, en el número 10 de esta vía. La entrada del inmueble da acceso a una nave de unos 800 metros cuadrados (una edificación en una manzana cerrada, de uso industrial), donde se ha instalado una chimenea de gran porte.
Históricamente, la nave había sido un almacén de materiales de obra y, desde el año 2000, funcionaba como almacén de papel sin venta al público. El 9 de junio de 2020 se concedió a la empresa New Logistics & Industrial Services Esp Sl. la licencia para hacer una reforma que permitía instalar en la nave cocinas industriales para la elaboración de comidas preparadas, según ha comprobado este medio.
Ahora, el espacio ha devenido en un lugar de gran actividad, que genera molestias a los vecinos por la proliferación de humos, basuras, ruidos y el trajín constante de numerosas motos de reparto, que permanecen todo el día apostadas frente a la nave para retirar los pedidos a pie de calle. Algunos de los vecinos, molestos con la situación, lo han denunciado en el programa de televisión Buenos días Madrid del 17 de febrero.
New Logistics & Industrial Services Esp Sl es Cooklane, domiciliada en la cercana calle de Raimundo Fernández Villaverde, que se dedica a montar cocinas optimizadas para delivery. Dotan el espacio de una infraestructura básica para la restauración a distancia y ofrecen servicios asociados, como un software profesional que facilita la conexión con las plataformas de reparto a domicilio. Cooklane está relacionada a nivel internacional con Clound Kitchens, impulsada por Travis Kalanick, fundador y ex CEO de Uber, según publicó El Confidencial.
Las situaciones de confinamiento han disparado las cifras del reparto de comida a domicilio y muchos negocios de restauración han visto en estos restaurantes virtuales la tabla de salvación de la hostelería. Sin embargo, la necesidad de cocinar gran cantidad de platos y trasladarlos a la mesa en el menor tiempo posible precisa de infraestructuras industriales en el interior de la ciudad. La combinación de ambas necesidades ha creado ya confrontaciones entre algunos de estos viveros de cocinas fantasmas y el vecindario, como sucedió en un inmueble de Prosperidad, que ha visto con sorpresa cómo le crecían 38 cocinas y una gran chimenea en su patio de manzana.
Recientemente, la Asociación Vecinal Cuatro Caminos-Tetúan alertaba también sobre el fenómeno en el distrito. Antonio Granero, su presidente, advertía del ruido que hacen los estractores industriales de estas cocinas fantasma, problema que vive cada noche Nico, vecino de un primer piso en la calle Araucaria, según relató a elDiario. La asociación vecinal ha detectado, de momento, seis concentraciones de cocinas de este tipo en Tetuán, varias de ellas en bajos de edificios residenciales.