Tetuán recuperará una de sus celebraciones más populares este otoño. El Día del Niño volverá a la calle Bravo Murillo este 2021 después de un año de suspensión por la pandemia y dos retrasos. Su fecha de celebración será el 20 de noviembre y el programa está aún por definirse, aunque contará probablemente con los tradicionales hinchables y exhibiciones de los cuerpos municipales.
Este año se cumplen 40 desde que la arteria principal de Tetuán (entre Plaza de Castilla y Cuatro Caminos) se cortara al tráfico por primera vez para celebrar la infancia. Desde entonces, los niños del distrito saben que un domingo de mayo la calle les pertenece y se reúnen en un clásico ineludible en la calzada de la vía que vertebra el distrito. Acuden más de 200.000 personas, según cálculos municipales.
La calzada de la habitualmente colapsada calle de Bravo Murillo se convierte en un reguero de personas visitando los distintos stands para juegos de todo tipo, hinchables, conciertos, pasacalles y animación. También ha contado hasta la fecha con la participación de asociaciones, ONGs, organismos oficiales municipales y estatales.
Este año el lema de la celebración es Aprendemos con vosotros y habrá como siempre varios escenarios principales, aunque todavía están por definir debido al cambio de fechas por la lluvia, informan a Somos Tetuán fuentes municipales. El 30 de octubre -fecha prevista para su celebración inicial- estaban previstos frente a la Junta de Distrito (Bravo Murillo 357), a la altura de la Plaza de las Palomas (nombre popular de la del Canal de Isabel II) y, ya cerca de Cuatro Caminos, en el número 128 de Bravo Murillo.
La fiesta se organizó por primera vez en 1981 como colofón de la I Semana de Participación Cultural del distrito. Aquel año los ingredientes tenían mucho de fiesta popular: charangas, carreras de sacos, de burros –que durarían algunos años más–, o concurso de disfraces. Desde el principio estuvo presente una de las señas de identidad del Día del niño: las exhibiciones de la Policía Municipal o de los bomberos.
La fiesta continuó creciendo durante los siguientes años, siempre con el corte de la calle a lo largo de todo el distrito, aunque al principio solo por la tarde. Fueron añadiéndose nuevos atractivos. En 1985, por ejemplo, 20 paracaidista aterrizaron en pleno Bravo Murillo. Y desde el primer momento hicieron su aparición los bomberos con su espuma, que cada edición se convierten en uno de los mayores atractivos de la jornada. Tiempo después, fueron proliferando cada vez más puestos patrocinados por empresas, aunque nunca ha dejado de haber también espacios diseñados por entidades locales y asociaciones.