Parte de los vecinos de Tetuán tienen la mosca detrás de la oreja desde hace meses con el posible destino del Mercado de Maravillas, uno de los mayores orgullos tetuaneros. El pasado mes de junio se concretó en un Plan Especial el rumor de que el mercado había pedido licencia para llevar a cabo una ampliación (el propio Consistorio lo había hecho público un par de meses antes de salir el Plan).
El centro de la reforma, solicitada por la dirección y aprobada por la Asociación de Comerciantes, consistirá en la construcción de una nueva planta de 3000 metros cuadrados. El Plan deja abiertas las posibilidades de ocuparla por “un local con la configuración propia de supermercado” o “la modalidad de comercio de venta al detalle”.
Pronto se empezó a hablar de la posibilidad de que el nuevo espacio fuera ocupado por un supermercado Lidl (actualmente está en la acera de enfrente, en el antiguo cine Condado). Sin embargo, aunque no se han sabido los detalles de la negociación, parece que la posibilidad de que se certifique este matrimonio comercial no está tan claro en estos momentos.
Desde la Asociación Vecinal Cuatro Caminos-Tetuán consideran que el Plan Especial aprobado por el Ayuntamiento el pasado mes de junio es innecesario y, potencialmente, contraproducente. En su opinión, la remodelación total, con la posible inclusión de un supermercado en la planta adicional, constituye “una amenaza que acabaría con el mercado tal y como lo conocemos, con su alma, y también con su viabilidad económica”.
Por ello, han comenzado una campaña de información que tendrá diversas etapas, según han explicado a este medio, y que quieren llevar a cabo en clave propositiva. ¿Qué piden? Que se destierre el actual proyecto y se lleve a cabo otro más respetuoso con el pequeño comercio del mercado:
“Queremos alzar la voz hoy dejar claro que queremos nuestro mercado, que el Ayuntamiento no debe dedicar nuevos esfuerzos a insistir en estropear lo que sí funciona, sino que debe plantear ahora un plan serio que responda a los problemas y necesidades del mercado, sin ”sacarse de la manga“ soluciones que priorizan al gran comercio frente al pequeño”, explican en un comunicado al que hemos tenido acceso.
Lo cierto es que las narrativas de la reinvención y la renovación del mercado de abastos, que se ha venido utilizando desde el Ayuntamiento y algunos medios de comunicación, encaja menos con el Maravillas que con otros mercados en crisis que han vivido remodelaciones y cambios estratégicos recientes, como dar más peso a la hostelería, ampliar horarios o incluir superficies comerciales anejas (en el distrito, sin ir más lejos, los mercados de San Enrique y Tetuán). También preocupa a la asociación la posible destrucción del tejido comercial del mercado ante el inevitable parón de meses, o quizá años, de la actividad comercial en el mismo.
A pocos metros del Maravillas, existen actualmente tres grandes superficies comerciales, además de infinidad de pequeños supermercados y tiendas de barrio, por lo que un supermercado no parece una necesidad acuciante para los vecinos, que, en muchos casos, viven con miedo una posible remodelación radical de los puestos del mercado.
A nivel patrimonial, la asociación critica también la intervención fachadista, además de señalar que el Plan no contempla explícitamente la conservación de elementos originales como los suelos de terrazo de la entrada principal con los logotipos originales.
“El plan consiste el conservar tan solo la fachada, modificando sus huecos para dar cabida a la nueva segunda planta, afectando a las características cristaleras de los techos, que arrojan luz natural a todo el mercado y que son parte importante de la imagen característica de su espacio comercial y de encuentro”, explican en el comnicado.
El Maravillas es el mercado más grande de Europa. Obra del arquitecto Pedro Muguruza y situado en el número 122 de la calle de Bravo Murillo, abrió sus puertas en 1842 y actualmente cuenta con 250 puestos en sus 8.700 metros cuadrados. Según la actual gerencia, cuenta una situación financiera saneada, a pesar de que no hace tanto que ha tenido que afrontar importantes obras en sus instalaciones para adecuar el edificio a las normas de accesibilidad.