El pasado martes, a última hora de la tarde, uno de los obreros que trabajaba en el derribo de la casa que había en pie solo dos días antes en el número 32 de la calle Genciana hablaba con un hombre. Pretendía llevarse la bonita rejería de la casa, ahora reducida a escombros. Parece ser que esta persona, cuya identidad desconocemos, apreciaba más el valor patrimonial de la casa que la empresa propietaria del terreno y la administración pública madrileña, pese a los avisos llevados a cabo por los vecinos y el Grupo para la protección del patrimonio de Tetuán antes de que se llevara a cabo su desalojo y derribo.
El 52% de los edificios de Valdeacederas oeste, el barrio de Tetuán donde estaba Genciana 32, han desaparecido en los últimos quince años. Si vamos al detalle, veremos que en el entorno de la casa derribada la semana pasada (en un área de 400 metros cuadrados) había en 2008 38 edificios del estilo, de los que hoy solo quedan una decena.
Estos datos los conocemos gracias al propio Grupo para la protección del patrimonio de Tetuán, que ha llevado a cabo un estudio sobre el patrimonio perdido en los últimos quince años, cuyas primeras conclusiones presentaron recientemente en la presentación de la exposición del fotógrafo Ismael Peral. Por cierto, la foto de la muestra, que aún se puede ver en la Biblioteca Pública Municipal María Zambrano, era precisamente de la casa situada en Genciana 32.
En el grupo han utilizado una metodología astuta, de guerrilla, aprovechando el registro de imágenes geolocalizadas que deja Google Maps y que es consultable por cualquier usuario. Ya tenían la maquinaria engrasada para repartirse el trabajo: habían hecho todo el mapeo del neomudéjar popular existente en el distrito de Tetuán con la colaboración de varias decenas de vecinos, repartiéndose el territorio de los seis barrio tetuaneros, guardando los datos en hojas de cálculo compartidas, haciendo fotos, generando mapas…El trabajo sirvió para que un grupo más pequeño hiciera un informe y las fichas de 200 edificios que enviaron en marzo al Ayuntamiento de Madrid para pedir su protección urbanística. Esta vez, el trabajo ha precisado de menos personas que el mapeo, pero se ha llevado a cabo a través de un reparto de tareas similar.
Los dos barrios del distrito donde menos edificios se han perdido son también los que más edificios protegidos tienen –Cuatro Caminos y Bellas Vistas–. Pareciera que quienes hicieron en su día el catálogo de edificios protegidos no fueran mucho más allá de la glorieta de Cuatro Caminos.
En el barrio de Cuatro Caminos se conservan el 92% de los edificios que había hace tres lustros y en Bellas Vistas el 92%, lo que no quiere decir que no se hayan perdido edificios relevantes. La cosa es mucho peor en los barrios de Berruguete (77%) y Valdeacederas (que han dividido en las zonas oeste y este, que conservan respectivamente un 48 y un 69%). En los barrios de Almenara y Castillejos, los otros en discordia dentro de Tetuán, la presencia de edificios de este tipo es mucho menor.
Tirso Ocaña, arqueólogo que ha llevado a cabo la dirección científica de la investigación nos cuenta que la intención es profundizar en esta vía, generar materiales y tratar de llevarla más atrás en el tiempo de lo que Google permite.