La Universidad Rey Juan Carlos aborda la violencia contra el colectivo LGBTI, organizado por su Oficina de Derechos Humanos.
Este lunes se desarrolla una jornada en la que se contaba con la participación de expertos en la materia, para hablar de la “situación actual del colectivo”; las “consecuencias en salud”; las políticas para la prevención, con representantes de todos los partidos: Ana Camins (PP), Carla Antonelli (PSOE) –quien recientemente sufrió amenazas en las redes sociales–, Beatriz Gimeno (Podemos) y Tomás Marcos (Ciudadanos).
Además, en esta semana se celebra un curso sobre violencia de odio y discriminación y su impacto en la salud. Consta de cuatro módulos; en los que se repasan todos los aspectos de este tipo de violencia –cuenta con un crédito académico–.
Advertencias de la Unesco
La Unesco ha advertido de la extensión de la violencia contra los estudiantes lesbianas, gays, bisexuales, transexuales (LGBT) por su identidad sexual, que en algunos países afecta al 85 % de este colectivo, con consecuencias también en términos de fracaso escolar.
En un informe mundial sobre las respuestas del sistema educativo a la violencia relacionada con la orientación sexual, la Unesco destacó que un 45 % de los estudiantes transgénero abandonan la escuela.
Ese acoso discriminatorio por razón de la identidad o la orientación sexual no afecta únicamente a los miembros de los grupos LGBT, sino que un 33 % de los otros estudiantes que “no se conforman a las normas de género” también son objeto de violencia homófoba, de acuerdo con los autores del estudio.
Sus autores hicieron hincapié en que la violencia homófoba y transfóbica tiene un impacto significativo en la educación, las perspectivas de empleo, la salud y el bienestar de los estudiantes“.
A ese respecto, un 59 % de los encuestados en China dijeron que el acoso había repercutido de manera negativa en sus resultados académicos.
En Australia, se ha observado “un alto grado de correlación” con la falta de concentración en clase, con notas peores y con más ausentismo escolar.
Los alumnos víctimas de esa violencia presentan un estado de salud física y mental más frágil que la media, con mayor propensión al miedo, la depresión, las autolesiones e incluso el suicidio.
Así, en Bélgica, Holanda, Polonia y Estados Unidos los estudios realizados muestran que los estudiantes y jóvenes LGBT tienen entre dos y cinco veces más posibilidades de pensar en suicidarse o intentar hacerlo que los heterosexuales de su mismo grupo de edad.
Ante esa situación, la Unesco recomienda que el sector educativo sea respetuoso con los derechos, adopte una actitud participativa y tenga en cuenta el género, la edad y el contexto cultural.