La Universidad Rey Juan Carlos (URJC) ha sancionado al fundador y director de la orquesta y coro del centro, A.P., por la “comisión de una falta de carácter continuado de grave desconsideración con los administrados” y le ha impuesto un castigo de cuatro meses de suspensión de empleo y sueldo. En un principio fue investigado por un presunto caso de “acoso” por “abuso de superioridad”, según confirmaron fuentes universitarias a elDiario.es en diciembre, aunque finalmente en la resolución emitida no se menciona el acoso.
La investigación se inició en el mes de junio y se ha hecho sin un protocolo de acoso sexual del que la Universidad aún carece. En ese procedimiento varias alumnas coincidieron “en señalar que recibían numerosos comentarios afectuosos” por parte de A.P., en los “que elogiaba su aspecto físico”, según la documentación revisada por esta redacción. Los responsables de la instrucción escucharon a las comparecientes y tuvieron acceso a las conversaciones de WhatsApp que mantuvieron con el expedientado.
“Eres nerviosa, lo sé, te ayudaré a relax...”, “eres muy guapa”, “me caes muy bien”, “yo creo que caes bien a la gente mayor que tú”, “no sabes cuánto te aprecio”, “mmm chica inteligente”, “sales muy bien en la foto”, “dónde compras esas medias… Me encantan” o “qué pasa, tienes miedo?” (sic), son algunos de los mensajes que las alumnas facilitaron en este procedimiento, según las fuentes consultadas por elDiario.es. Actualmente, el trabajador del campus madrileño se encuentra en excedencia, aunque sigue figurando como responsable de la orquesta en la web de la agrupación universitaria.
La URJC ha analizado el comportamiento que el profesional investigado ha tenido en un amplio periodo de tiempo, concretamente en los años 2015, 2018 y 2019, siempre según la documentación revisada por esta redacción. En la instrucción, los funcionarios detectaron — entre la documentación aportada — comentarios enviados de madrugada a las alumnas por el trabajador de la URJC o que el investigado sabía dónde vivían algunas estudiantes sin que ellas se lo hubiesen comunicado. Asimismo, en algunos casos los instructores observaron que llegó a proponerles “clases particulares” individuales.
En el periodo investigado, al menos dos alumnas expusieron a la Universidad que el profesional les propuso “vestirse de country” llegando a enviarles fotos de otras mujeres disfrazadas de esa temática, recoge la información consultada por esta redacción. En conversación con esta redacción en el mes de diciembre, el expedientado aseguró que esos disfraces forman parte de “teatros musicales”, que incluyen “danza, vestuario y música”, al tiempo que negó que propusiese esas pruebas de forma individual. “Lo que solemos hacer son [ensayos] en grupo”, añadió.
Tras la imposición de la sanción, A.P. ha rechazado atender a elDiario.es. En diciembre aseguró que en la instrucción se aportaron “cosas que no son verdad”. Aún así, reconoció algunos mensajes y se limitó a plantear que “se han sacado de contexto”. “La verdad es que pido excusas, pido perdón”, expuso tras ser repreguntado sobre la pertinencia de los comentarios enviados a sus alumnas.
El investigado, que es funcionario y tiene una plaza como personal de administración y servicios, se encuentra de excedencia. En caso de que se reincorpore “se ejecutará la sanción”, apuntan fuentes universitarias. En el año 2000, A.P. fundó el coro y la orquesta de la Universidad Rey Juan Carlos, también ha dado clase en el máster de Creación Musical en el mismo centro, como recoge la web de esta actividad de extensión universitaria. Los alumnos pueden recibir créditos universitarios por participar en ella, según explican las estudiantes consultadas. En noviembre de 2019 la Universidad entregó un reconocimiento a A.P. por su “enorme labor al frente” de las agrupaciones musicales, coincidiendo con el vigésimo aniversario del nacimiento de esos grupos.
Para una de las alumnas que impulsó la investigación la sanción impuesta “es ridícula”. “Están minimizando el problema”, asegura. Considera que la base del problema es que en la URJC no existe un protocolo de acoso sexual y para emitir la resolución los funcionarios del campus “se han ido pasando la bola”. Desde el momento en el que elDiario.es informó sobre la incoación del expediente les “dejaron abandonadas”, asegura. “No volvimos a saber nada, no recibimos ningún tipo de ayuda”, insiste.
A pesar de haber sido parte en el procedimiento, porque dirigió un escrito y declaró ante la inspección de servicios, no ha tenido acceso al contenido íntegro de la resolución, solo le han comunicado en qué consiste la sanción. “Hasta que no me quejé al defensor universitario, no me lo notificaron”, insiste. “Nos sentimos bastante desoladas e impotentes. Sentimos más que hemos perdido, que ganado”, añade.
Hace un año, cuando se conoció que otro profesor estaba siendo investigado por acoso, esta redacción informó de que la URJC es una de las universidades públicas que no tiene un protocolo específico contra el acoso sexual a pesar de que la ley le obliga a ello desde 2007. En ese momento, el rectorado aseguró que actualizarían la estrategia para combatir contra el acoso.
Actualmente, el protocolo específico no ha sido implementado. En diciembre fuentes universitarias aseguraron que la nueva estrategia llegaría al Consejo de Gobierno en enero de 2021. Ahora, en mayo de 2021, estas mismas fuentes estiman que “antes del verano se aprobará una reforma” que regule el acoso sexual.