Ayuso no garantiza que los sanitarios contratados para hacer frente al virus sigan en la siguiente fase de la pandemia
El Gobierno de la Comunidad de Madrid que preside Isabel Díaz Ayuso no garantiza la renovación a los sanitarios que contrató para reforzar las plantillas ante la crisis del coronavirus que ha golpeado con especial virulencia a la región. Son 8.620 contratos que vencen en su mayoría en mayo y junio y que están en el aire ante la perplejidad de los sindicatos, que se preguntan cuál es el plan de la Consejería de Sanidad para hacer frente a la siguiente fase de la pandemia, que coincidirá con las vacaciones de un personal sanitario exhausto y que ha trabajado “por encima de sus posibilidades” durante semanas. “Volver a la normalidad en la sanidad será inviable”, lamentan los representantes de los trabajadores.
Madrid encabeza en España el número de positivos y de personas fallecidas por la pandemia. Son 56.963 infectados y 7.351 muertes. También es la región con más profesionales de baja por el virus: 10.345. Toda la red sanitaria se ha volcado para hacer frente a la epidemia. Los hospitales han destinado el 100% de sus recursos a la Covid-19 para tener más camas dentro y fuera de las UCI ante la llegada masiva de enfermos. También se ha reorganizado la atención primaria. La presión asistencial derivada del virus ha bajado, pero queda mucho por hacer, explican desde los hospitales.
El reto está ahora en recuperar poco a poco la normalidad, sin dejar de prestar atención a la pandemia, que aún no ha remitido. Esa vuelta a la normalidad, alegan profesionales y sindicatos, “no será posible” sin el apoyo del personal extra contratado para hacer frente a la crisis.
El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, sin embargo, les comunicó el viernes que el Gobierno regional no se compromete a la renovación de estos contratos. Según CC.OO, Amyts, Satse UGT y CSIT –los sindicatos que tienen representación en la mesa–, el consejero lo atribuyó a que aún se funciona con los presupuestos prorrogados de 2019 y esto hace inviable su renovación, algo que fue desmentido minutos después por el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty.
Este martes, los sindicatos iban a tener un nuevo encuentro con el consejero para tratar el asunto, pero de madrugada, a la 01.20 horas, ha anulado la reunión para cabreo de los representantes de los trabajadores que denuncian “oscurantismo” por parte de la directora General de Recursos Humanos de la Consejería, Raquel Sampedro.
Las quejas no solo vienen de los sindicatos. Una carta remitida por los facultativos del servicio de urgencias del hospital Severo Ochoa a la dirección de recursos humanos de la Consejería, a la que ha tenido acceso eldiario.es, incide en la precariedad a la que se ha sometido a los profesionales contratados durante estas semanas, así como en la necesidad de que continúen con garantías.
“La necesidad de una plantilla estructural acorde a la demanda es esencial para el buen funcionamiento de un servicio, pero lo es también el establecimiento de contratos dignos y de calidad. Es por ello que los facultativos del Servicio de Urgencias queremos manifestar nuestra exigencia de que las actuales contrataciones por guardias pasen a contrataciones de jornada completa, puesto que el aumento de demanda asistencial producido no se ha acompañado de aumento de plantilla estructural y se establezcan periodos de contrato prolongados, que permitan estabilidad en las plantillas al tiempo que garanticen la dignidad en la situación laboral del trabajador”, inciden los profesionales en su misiva.
Estos profesionales recuerdan la situación de la plantilla de la que partía la sanidad madrileña cuando se inició la pandemia, que ha sido mermada durante la última década pese al incremento poblacional. La plantilla de sanitarios en la Comunidad de Madrid al arrancar 2019 era menor que la disponible en 2010: 54.531 en lugar de los 55.433 de hace diez años, según las Memorias Oficiales del Servicio Madrileño de Salud (Sermas).
“La pandemia por el coronavirus aún no se ha terminado aunque estemos hablando de una cierta vuelta a la normalidad en los hospitales”, recuerda Julián Ezquerra, de Amyts, el sindicato mayoritario de médicos. Ezquerra incide en que, en todo caso, esa vuelta a la normalidad vendrá acompañada de listas de espera más largas por el compás de espera al que se ha visto sometida la sanidad madrileña que ha retrasado pruebas diagnósticas con el especialista y hasta operaciones no urgentes.
“Nosotros entendemos que no se debería reducir las visitas en verano dado el retraso que acumula sobre lo que ya había, y para eso se necesita más personal teniendo en cuenta que los profesionales deberán de disfrutar de vacaciones que en algunos casos han sido suspendidas por la pandemia”, añade. “No sabemos tampoco lo que puede pasar en julio y agosto con el virus”.
Desde Comisiones Obreras consideran que sería “imperdonable” que volviera a ocurrir que el 15 de junio se cerrasen camas como ocurre cada año por las vacaciones de los profesionales. “Todo eso genera una mayor acumulación sumada a la que ya arrastramos”, lamenta una portavoz del sindicato. CCOO considera que si las plantillas no se refuerzan “será imposible afrontar los retrasos de consultas, cirugías o pruebas diagnósticas” tras el parón de la actividad asistencial en pacientes con otras patologías distintas a la COVID-19.
A fecha de febrero de 2020, la lista de espera acumulada para primera consulta con el especialista era de 453.117 personas; para la realización de una prueba diagnóstica era de 152.590, y la quirúrgica se elevaba a un total de 78.171 pacientes. “A día de hoy las cifras pueden ser históricas tras el parón por la pandemia”, consideran desde el sindicato.
Desde la Consejería de Sanidad aseguran que “la mayoría de los 8.620 contratos se hicieron hasta mayo y junio y en el momento de su fecha de finalización se analizará la situación existente”. “Los contratos realizados son de refuerzo para la gestión de la presión asistencial por la COVID-19, y se renovarán en función de la presión asistencial que tengan los centros y de la situación epidemiológica del momento”, añaden. Algunos contratos, denuncian desde los sindicatos, ya se están suspendiendo estos días.
Atención primaria
Los sindicatos recuerdan además que la atención primaria tendrá un papel esencial los próximos meses en la contención de la epidemia, según avanzó este domingo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la conferencia de presidentes. “Tengo que deciros que, desde el punto de vista de la Administración Central, será uno de los elementos fundamentales para definir y decidir qué desescalada se hace en cada uno de los territorios”, trasladó Sánchez a las autonomías.
Por ello, los representantes de los sanitarios reclaman que la Comunidad de Madrid incremente estas plantillas mermadas durante los últimos años. “Es necesario que se contraten a los 225 residentes que acabarán la especialidad este año”, defiende Ezquerdo, de Amyts. “Son los centros ambulatorios los que van a tener que hacer a partir de ahora el seguimiento a los pacientes de COVID-19, a los leves y también a todos los que se han infectado”, insisten.
En CCOO cifran en 230.000 los pacientes que van a estar en seguimiento los próximos meses y a los que tendrá que atender atención primaria, según las cifras que trasladó el viernes a los sindicatos la Consejería de Sanidad. En Madrid las personas que trabajan en los ambulatorios son cerca de 4.000 facultativos.
“Muchos infectados que han dejado los hospitales tendrán que seguir en seguimiento para recopilar la información de la evolución del virus”, asegura una portavoz del sindicato, “lo que suponen pruebas serológicas constantes durante meses”.
Los sindicatos y los profesionales alertan además de que las consecuencias de la pandemia pueden alargarse hasta finales de año, con un posible rebrote del virus en octubre. Volver a una cierta normalidad “costará meses” y si no es la vuelta del coronavirus, “será la gripe la que con su llegada en otoño lo volverá a complicar todo”.
35