Un día fueron heces de perro en la taquilla; otro, pinchazos en las ruedas del coche; luego, un cartel en el comedor de la comisaría escrito con rotulador rojo: “Si queréis ver a vuestros compañeros cabreados, seguid haciendo horas o cambiando días”. Un grupo de agentes de la Policía Local de Getafe ha recibido ataques y amenazas en el trabajo en las últimas semanas en medio de un conflicto sindical que enfrenta a algunos trabajadores con el Consistorio. El Ayuntamiento del municipio madrileño cree que un número “reducido” de agentes son responsables de las coacciones y ha presentado una denuncia ante la Fiscalía, que investiga el caso.
Las amenazas empezaron después de que un grupo de policías hicieran horas y servicios extraordinarios entre diciembre y enero, como informó entonces la Cadena SER. Tras las Navidades, los afectados encontraron heces de perro en sus taquillas y sobre sus uniformes, ruedas pinchadas y un cartel que señalaba, con los nombres y apellidos, a los policías que habían trabajado horas extras o habían cambiado su turno durante la cabalgata de Reyes o la carrera San Silvestre. “Vosotros sabéis de qué lado estáis”, decía el escrito redactado con caligrafía impostada.
Las semanas anteriores, uno de los sindicatos, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), habían organizado una concentración en protesta por “los recortes de derechos laborales” en la plantilla y anunciado un “acuerdo” para dejar de realizar horas y servicios extraordinarios entre el 20 de diciembre y el 6 de enero. Algunos, como Jesús, que usa un nombre falso para evitar más represalias, trabajó esos días de forma voluntaria porque le “interesaba”. Después, llegaron las amenazas contra él y cerca de 15 trabajadores más de una plantilla de 250.
“Lo que [los acosadores] intentan hacer es meter miedo a otros compañeros porque están en unas negociaciones”, estima por teléfono Jesús. “Hay sindicatos que reclaman unas cosas y otros, otras. Y ahí andan, en ello están…”, resume el agente de la jefatura de Getafe. Para él, las coacciones son obra de “un individuo que ha perdido los cables”.
Lo mismo opina otro agente que tampoco quiere identificarse. “Hay que localizarlo y expulsarlo. Estamos para garantizar la seguridad y no puede ser que tengamos una persona así por aquí”, señala. El agente explica que tras los ataques “no está a gusto” y que “hay que tomar medidas de seguridad”: “Llevo muchos años y, como esto, no ha pasado nunca. Unas personas quieren sacar un beneficio, pero la mayoría estamos contentos como estamos”.
Modificaciones en el convenio colectivo
En diciembre, el Ayuntamiento aprobó modificaciones al convenio laboral con los votos a favor de Comisiones Obreras (CC OO), la abstención de la Unión General de Trabajadores (UGT) y el rechazo de CSIF. Algunos trabajadores se muestran conformes con ese acuerdo y creen que las condiciones laborales son “buenas”. “Trabajamos siete días y libramos siete, y si un día pido algún día puedo trabajar cinco y librar nueve”, explica uno de ellos.
Otros, en cambio, señalan su rechazo a las últimas medidas. Sergio L. de la Aleja, secretario de la sección sindical de CSIF en el Ayuntamiento de Getafe, defiende que las nuevas modificaciones “discriminan” a los policías locales. El sindicato se queja de que a los agentes se les niegan “de forma sistemática” días libres y días por enfermedad grave de un familiar, además de que les piden el libro de familia “en todas y cada una de las peticiones”. Eso, asegura, no le pasa a otros trabajadores municipales. “Es un cúmulo que se viene formando desde hace dos años”, afirma el sindicalista.
Por eso, el pasado 18 de diciembre organizaron una manifestación para pedir “el mismo trato que la plantilla municipal” y llegaron a un “acuerdo” para no cumplir horas extras: “Entendemos que hay que colaborar, pero viendo la situación se decidió dejar de hacerlo y nos lo han impuesto mediante decreto”. El portavoz del Partido Popular en Getafe, Carlos González Pereira, apoyó la concentración y criticó el “atropello continuo” del Ayuntamiento contra la policía local y los “recortes” a la plantilla, según expresó en Twitter.
En medio de esas diferencias, llegaron las amenazas. Los ataques fueron condenados por los sindicatos y desde hace una semana no se han vuelto a repetir. “Nos parece miserable la actitud de quienes llevan a cabo este tipo de actos contra compañeros”, decía el comunicado difundido por la UGT; CSIF condenaba “sin paliativos” las amenazas aunque instaba al Consistorio a “solucionar de manera urgente el conflicto que mantiene con su Policía Local”.
“Es un poco chocante”
Tras los ataques, el Ayuntamiento que dirige la socialista Sara Hernández desde 2015 denunció ante la Fiscalía los hechos, que considera “comportamientos antidemocráticos”. “La defensa de derechos laborales se tienen que realizar siempre dentro de los cauces del respeto”, defiende a eldiario.es la edil y asegura que las amenazas llegan de un grupo “reducido” de agentes que han tenido “actitudes mafiosas”.
“Las condiciones de la policía local en Getafe son las condiciones de acuerdo al convenio colectivo”, afirma la alcaldesa. Las últimas modificaciones se introdujeron, según sostiene, porque “se hacía una interpretación muy laxa de unos criterios del convenio colectivo que permitió el PP cuando gobernaba en Getafe”. Pone un ejemplo: “Antes, el festivo que no se trabajaba pero que sí estaba incluido en el calendario de trabajo se cobraba y se generaban días. Yo me pregunto qué día festivo no trabajado a cualquier trabajador le genera dinero y tiempo libre”. La alcaldesa también niega que se obligue a los policías a trabajar en servicios extraordinarios: “Esas horas extras son necesarias en algunos servicios que son especialmente importantes en la ciudad. Eso siempre se ha cubierto con policías que de manera voluntaria han querido prestar esos servicios”.
Mientras esperan avances en la investigación, Hernández asegura: “Si vemos que se han cometido hechos delictivos actuaremos también en el plano penal”. Una semana después de los últimos ataques, el clima en la jefatura de Getafe “es normal”, pero se sigue hablando del tema, dice uno de los agentes que no quiere ser identificado. Otro afirma que sigue yendo a trabajar “como siempre” pero ahora siente “vergüenza ajena”: “Es un poco chocante que algún compañero haya hecho esas cosas. Somos policías y estamos para hacer cumplir la ley y servir al ciudadano”.