Un pacto con Vox ha permitido sacar adelante a PP y Ciudadanos los segundos presupuestos de su mandato en el Ayuntamiento de Madrid. Tras aprobar los primeros en 2019 por un error de cálculo de Más Madrid, en esta ocasión la extrema derecha ha dado su apoyo en el Pleno a las cuentas tras aceptarse la mayoría de sus exigencias. Entre ellas, ayudas directas a entidades religiosas y antiabortistas, dos propuestas matizadas sobre violencia intrafamiliar o una bajada extra de los impuestos para 2021. Más Madrid y PSOE han votado en contra.
La votación plenaria ha confirmado lo que ya anticipó a primera hora una fotografía del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, junto al portavoz de Vox, Javier Ortega Smith. Ambos rubricaban el acuerdo que ha garantizado la mayoría al equipo de Gobierno. El pacto está firmado por PP y Ciudadanos, los socios que forman el Gobierno de coalición, pero la vicealcaldesa Begoña Villacís se ha descolgado de la instantánea.
“Nos interesa menos la escenificación que lo que se vota. Son los presupuestos más importantes de la historia de la democracia en la ciudad”, ha justificado la número dos del Gobierno municipal, que ha negado que “tenga problema” en “reconocer” el apoyo de Vox. “Estoy agradecida”, ha añadido. Ciudadanos ya se negó a firmar un acuerdo de investidura con Vox en 2019. Martínez-Almeida ha enmarcado el gesto dentro de la normalidad: “Esta escenificación es la que se ha mantenido desde la toma de posesión. Somos un único Gobierno formado por dos partidos con una sola cara y una sola voz”.
“Queremos agradecer a Vox el compromiso con la ciudad de Madrid, la generosidad y la altura de miras para entender la situación en la que nos encontramos”, ha expresado el regidor en una declaración unos minutos antes de empezar el Pleno. Entonces las posiciones ya estaban claras y no ha habido sorpresas. Después le ha tomado el relevo Ortega Smith, “muy satisfecho con el acuerdo” porque, asegura, son más “eficientes” y con los “recursos públicos mejor administrados” tras sus enmiendas. A un lado de la sala le escuchaba el regidor. Con el acuerdo, también, PP y Vox vuelven a posar en común después de la ruptura de Pablo Casado con Santiago Abascal en la moción de censura contra Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados.
La negociación entre los partidos se ha llevado a cabo discretamente desde hace semanas mientras el Gobierno municipal apelaba a los grupos de izquierda a pactar una abstención para mantener el clima de consenso que impregnó los Acuerdos de la Villa en julio. De Más Madrid y PSOE se han aceptado una parte mínima de las enmiendas (18), algunas de ellas transaccionadas por todos los grupos como el carril bici del Paseo de la Castellana.
La izquierda ha cargado contra el pacto con la ultraderecha y los peajes que ha pagado el Gobierno municipal para lograr su apoyo. “Han elegido volver al pasado y a las ciudades de la desigualdad”, ha expresado la concejal del PSOE Enma López. Más Madrid ha lamentado que “la ultraderecha influya cada vez más, algo que no pasa en ninguna ciudad europea”. “Son Almeida y Villacís los que ceden ante este pacto porque son a ellos, a Vox, a los que deben sus sillones de alcalde y vicealcaldesa”, ha señalado la portavoz del grupo, Rita Maestre.
“Me genera más desconfianza pactar presupuestos con alguien que dice que viene aquí (a Madrid) a tirar el régimen”, ha respondido la delegada de Hacienda, Engracia Hidalgo, al frente de las negociaciones, en una alusión a los Presupuestos Generales del Estado. “Hemos negociado los presupuestos intensamente con Vox, pero lo que no hemos negociado es que se deje de hablar español en las aulas o se acerquen los presos, sino temas de las partidas presupuestarias”, ha zanjado. La vicealcaldesa, por su parte, acusa a la izquierda de lanzar “bulos” sobre la retirada de ayudas a organizaciones vecinales, LGTBI y que trabajan con migrantes.
Los cuatro concejales de Vox no han hecho públicas sus exigencias ni han marcado líneas rojas en esta ocasión. Una situación bien distinta a la de 2019: el Pleno para aprobar las cuentas se convocó in extremis tras retrasarse por la falta de acuerdo. La convocatoria este año estaba prevista desde hacía dos semanas.
La huella de Vox en las cuentas
El apoyo de Vox a las cuentas ha tenido un precio. El acuerdo se allanó el pasado viernes cuando PP y Ciudadanos aceptaron la mayoría de las enmiendas que planteaba el grupo de Ortega Smith: ayudas directas a entidades religiosas y a una asociación antiabortista (Fundación Madrina), una bajada extra de impuestos (el IBI se queda en 0,456% y además se darán ayudas por valor de 2 millones de euros a “familias que no pueden hacer frente al pago del recibo”) o dos propuestas sobre violencia intrafamiliar matizadas por el Gobierno municipal para eliminar las referencias directas a los varones como pretendía Vox.
El partido de extrema derecha logra también “incluir indicadores de resultados para poder conocer el impacto de determinadas actividades, como los programas de violencia de género, para determinar si son eficaces o no” y pacta un impulso a las becas comedor en el Ayuntamiento de Madrid, además del derribo parcial del puente de Pedro Bosch, en Pacífico.
Entre las cuestiones más polémicas del presupuesto están la desaparición de las ayudas directas a tres asociaciones LGTBI históricas o la eliminación de las subvenciones a las asociaciones de autónomos (UPTA, ATA, UATAE). Todas estas subvenciones saldrán a concurrencia pública durante este año, ha repetido Ciudadanos en varias ocasiones durante el Pleno. Vox también ha logrado que el Gobierno estudie el año que viene la creación de un canal para remo en el río Manzanares, pese a que el alcalde lo descartó en 2019.
Las cuentas diseñadas para 2021 disparan el gasto total hasta los 5.066 millones de euros -el mayor desde la etapa de Alberto Ruiz-Gallardón- y la inversión, que llega a 489 millones (un 52,7% más), para afrontar la crisis del coronavirus. Pero también adelgaza los ingresos un 3,2% en un año crucial de dificultades económicas por una bajada de impuestos de 128 millones de euros que Vox ha incrementado con sus enmiendas.
Junto a las cuentas municipales se aprueban también las ordenanzas fiscales anuales, que profundizan en la reducción del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y bonifican otros impuestos como el de Actividades Económicas a la hostelería y el comercio.