Isabel Díaz Ayuso da una patada hacia adelante y se postula como candidata a la investidura sin tener atado el apoyo de ninguno de sus dos socios. La líder del PP aumenta la presión sobre el presidente de la Asamblea de Madrid: Juan Trinidad tendrá que decidir si propone a Ángel Gabilondo (PSOE), el que reúne más apoyos tras confirmarse el respaldo de Más Madrid y Unidas Podemos; o a ella.
Díaz Ayuso solo cuenta de momento con los 30 escaños de su partido, pero justifica para ser la enviada a la investidura que “sus síes están en camino”. “Le he trasladado que de las opciones posibles, la mía tiene más posibilidades de salir adelante frente a la única opción alternativa, que ahora mismo concita más noes que la mía. Y no tiene visos de prosperar, cuando mi opción sí”, ha explicado la candidata en una rueda de prensa posterior a su encuentro con Juan Trinidad.
Ángel Gabilondo también ha solicitado al presidente de la Cámara que sea él el candidato propuesto. “Hay elementos como el número de votantes o los apoyos como para poder ir a una sesión de investidura. Aunque algunos dirán que no está garantizado con toda seguridad que vaya a haber mayoría suficiente”, ha advertido el candidato socialista.
Gabilondo asegura, en este sentido, que respeta el margen de “discrecionalidad” de Trinidad para proponer candidato. Pero no la “arbitrariedad” si la opción del presidente fuera enviar a la investidura a Isabel Díaz Ayuso con menos apoyos. “Si es propuesta Díaz Ayuso convendrá explicar cuál es el argumento. Si tuvieran 68 podrían haberlo dicho y ya estaba resuelto el asunto. Lo que no sabemos si hay 56”, ha precisado.
Existe una tercera vía, contemplada por el Reglamento, que permitiría a Trinidad convocar un pleno sin candidato. “En el supuesto de que la Presidencia de la Asamblea no pudiera proponer al pleno un diputado como candidato, aquella fijará la fecha para la celebración de la sesión de investidura”, dice el artículo 182.
Sobre este extremo, Gabilondo ha avanzado que el “debate está ahora en si, en estas circunstancias, puede o no proponer” y ha defendido la utilidad democrática de una sesión de investidura como espacio de “deliberación y debate”. “Se argumenta, se delibera, se decide y se vota. Es un espacio efectivo en una democracia parlamentaria. Una sesión que no es el mero paripé de algo decidido”, ha precisado.
Díaz Ayuso, por su parte, se presenta a la investidura sin ningún respaldo garantizado. Ciudadanos ha confirmado hace unas horas que “aún no hay candidato sobre la mesa” y pide “tiempo” para cerrar un pacto con el PP, y Vox se mantiene en la negativa a permitir su investidura si no se cumple su condición de que los tres partidos firmen un “programa único”. La última decisión será del presidente de la Asamblea de Madrid, que debe comunicarla esta misma tarde.
La candidata del PP continúa trabajando, mientras, con los dos socios por separado y ya asume que pactará un acuerdo con cada uno. “Tiene pinta de que al final voy a tener que firmar uno con Ciudadanos y otro con Vox”, reconoce Díaz Ayuso, que ha pedido a ambas formaciones que, si no se van a sentar, “que no lo paguen” con ella. “Sus supuestas peleas se las lleva la persona que les está pidiendo el voto. Y la persona que nunca ha faltado a su palabra”.
Sobre el pacto con Ciudadanos, la candidata ha asegurado que no hay “ningún escollo” sobre el reparto de puestos en el Gobierno y ha dejado claro que “no es negociable” que la presidencia de la Comunidad sea para Ciudadanos.
Cesiones en la ley LGTBI pedidas por Vox
En el caso del acuerdo con Vox, Díaz Ayuso ha confirmado que ya ha accedido a entrar en reformas de la ley LGTBI y de Identidad de Género pedidas por Vox. La candidata ha asumido una parte del discurso repetido sin cesar por la extrema derecha en la campaña: “Hay un porcentaje de familias preocupadas con una supuesta información que se les da a sus hijos en los colegios”.
El PP asegura, en este sentido, que hay que “buscar un equilibrio de que se siga trabajando en la defensa contra la discriminación y los ataques contra los colectivos”. “A mí no me gustaría pensar que hay padres en la Comunidad de Madrid cuyos hijos son forzados a recibir información de cuestiones que atañen a sus convicciones personales, morales y religiosa, y que no se les consulta”, ha indicado ante los medios.
Por “cuestiones”, puntualizaba después, se refiere a “contenidos no curriculares”, como talleres o actividades extraescolares. “Sin entrar en la autoridad del profesor, vamos a tener que buscar la manera para que, sin retroceder, los padres se encuentren a gusto”, ha zanjado.