Hola, desde hace un tiempo he empezado a tener dolor al practicar la penetración vaginal. No me había pasado nunca, y no me ha sucedido nada especial, ningún golpe del que sea consciente, por ejemplo. ¿A qué puede deberse? Tengo 48 años.
Nuria
Lo primero que hay que decir es que el dolor en las relaciones sexuales está enormemente invisibilizado. Son muchas las mujeres que tienen relaciones dolorosas y, o bien no encuentran solución a su problema, o bien no se atreven a consultar. Desgraciadamente cuando se trata de consultar sobre un problema sexual, aún hay muchos tabús a los que enfrentarnos. Esto hace que el problema del dolor se perpetúe durante mucho tiempo. A veces incluso años. Si lo pensamos bien, ¿qué otro tipo de dolor aguantaríamos sin consultar a un profesional sanitario tan en silencio y durante tanto tiempo?
Hay que aclarar que tener dolor en una relación sexual puede ser algo puntual que se explique por un “mal día”, porque no estés del todo excitada o lubricada. Y que un mal día lo puede tener cualquiera. Pero esto no hay que extrapolarlo a normalizar un dolor que se convierte en una norma. Cuando el dolor se convierte en la norma, incluso en algo predecible, empieza a afectar a la respuesta sexual, de manera que afectará al deseo, a la excitación, lubricación, al orgasmo, y por tanto, a la experiencia satisfactoria de la sexualidad.
Hay muchos motivos por los que una mujer puede tener dolor en la penetración. Desde patologías propias de la vulva, atrofia vulvo-vaginal debida a la menopausia, o a patologías como la endometriosis, que suelen cursar con dolor durante el coito. También infecciones de transmisión sexual o patologías de la musculatura del suelo pélvico.
Lo más importante es consultar a profesionales sanitarios que tengan manejo de estas situaciones y que puedan orientar a las pacientes, ya que en muchas ocasiones requerirá un abordaje multidisciplinar. Para mí lo más importante es acudir a profesionales sanitarios que estén sensibilizados y formados en este tipo de situaciones. Y aconsejo huir de cualquier profesional que nos devuelva mensajes del tipo: “eso es normal”. Y mucho menos que minimicen y banalicen los síntomas.
A la hora de tratar el dolor pueden hacer falta diferentes profesionales en función del origen y la causa del dolor. Desde profesionales de la medicina de diferentes especialidades, ya sea ginecología o dermatología, fisioterapeutas de suelo pélvico, y profesionales de la sexología. Esto último es importante ya que, como hemos dicho, la experiencia de la sexualidad se verá afectada y es importante contar con profesionales formados en ese campo de especialización.