Tuve la regla con nueve años y de los 11 a los 17 el primer día de menstruación sentía unos dolores muy fuertes de caderas y también de abdomen. Con el tiempo estoy siendo muy proclive a procesos inflamatorios en las articulaciones, ¿por qué se produce? María Jesús
La respuesta de Paloma Alma
Sería muy interesante consultar con una fisioterapeuta experta en suelo pélvico. Muchas veces, el proceso ya de por sí inflamatorio que es la menstruación se agrava si tenemos algún tipo de descompensación en nuestra cadera o pelvis. En ocasiones incluso esto viene agravado por nuestra postura física, por estar muchas horas sentadas. Quizá tener esas dolencias justo en los años de adolescencia, cuando el cuerpo está en pleno proceso de crecimiento, puede haber tenido mucho que ver.
Si eres proclive, tal como dices, a procesos inflamatorios en las articulaciones, te animo también a que sigas una dieta antiinflamatoria, evitando alimentos altos en histamina o que puedan agravar tu inflamación articular. Puedes empezar por ser más estricta en la semana previa a menstruar y en la propia menstruación, para comprobar así si notas mejoría después de dos o tres ciclos teniendo esto en cuenta.
También te aconsejaría revisar los productos que usas, ya que en ocasiones éstos pueden promover la inflamación en tu cuerpo debido a sus componentes o al cambio de PH que en ocasiones pueden producir, por ejemplo, los tampones.
La respuesta de Ascensión Gómez López
La menstruación es un proceso inflamatorio controlado, cuando las condiciones físicas son adecuadas, es decir, que no debe producir dolor ni incapacidad de forma fisiológica. El útero está dentro de la pelvis, en un espacio muy reducido y muy cercano a las articulaciones de la cadera o las sacroilíacas. Cuando la inflamación es excesiva y no hay un buen proceso de autorregulación, puede afectar a las articulaciones de la pelvis y generar dolor lumbar bajo o dolor en las piernas por la afectación de la articulación de la cadera. Si esta inflamación excesiva se repite en el tiempo, puede generarse un estado inflamatorio crónico, que daña los tejidos de las articulaciones.
Otra posibilidad es que sea al revés, es decir, que haya un problema articular y que sea la menstruación, aun siendo normal, lo que agrave las sensaciones porque se suma al problema previo. En cualquier caso, hay que hacer una buena valoración profesional para poder diferenciar una cosa de otra y ponerle el tratamiento adecuado.
Además, sea primero el huevo o la gallina, lo que sí sucede es que las inflamaciones repetitivas causan problemas en todos los tejidos (fascias, músculos y órganos) y que una buena movilización desde la fisioterapia y el ejercicio pueden aliviar mucho.
Como siempre, una buena alimentación rica en omega 3 para ayudar a desinflamarse, una actividad física adecuada y hábitos de vida saludables contribuyen a la salud menstrual. Desde luego, lo que no es normal es el dolor y debemos prestar atención y cuidados.