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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Alemania, Francia y Portugal crecen, pero España sigue cayendo

Este miércoles se han conocido los primeros datos positivos que la economía de la eurozona, en su conjunto, ha registrado tras casi dos años de recesión: el PIB de los 17 creció un 0,3 % en el segundo trimestre, con lo que, oficialmente, la recesión ha quedado atrás. El crecimiento de la economía alemana –un 0,7 %, superior a las previsiones más optimistas- es el principal responsable de esa evolución. Pero son justamente algunos diarios alemanes los que subrayan que los datos globales ocultan la realidad de la grave situación en la que siguen, sin cambios sustanciales, países como España e Italia, cuya incierta suerte sigue poniendo en cuestión el futuro de la moneda única.

“Si comparamos a Europa con un barco” –escribe el Frankfurter Allgemeine Zeitung- hay que decir que éste está inclinado y en situación inestable. Algunos camarotes están por debajo de la línea de flotación, y dentro de ellos la gente lucha por respirar. Otros flotan por encima del nivel del agua. Especialmente los de los ciudadanos alemanes, que apenas sienten directamente la crisis. En cambio, España tardará años en salir de la recesión“.

La prudencia marca el tono de todos los análisis y comentarios de los diarios de referencia. Aunque se señala que los datos son más positivos de lo que se preveía –tanto en el caso alemán como en el francés, cuyo PIB ha crecido un 0,5 %, casi el doble de lo previsto y, sobre todo en el portugués, con una subida del 1,1 %-, también se subrayan los graves problemas pendientes: “La solución de las crisis bancaria y fiscal sigue siendo una perspectiva lejana”, escribe el Wall Street Journal, que añade: “Las tasas de paro siguen a niveles récord, los créditos de la banca a las empresas siguen cayendo y los gobiernos siguen cortando gastos en un esfuerzo por controlar sus déficit crecientes. Pero es probable que esta vuelta a un lento crecimiento anime a los políticos europeos a proclamar que la crisis de la eurozona está concluyendo”.

Otros analistas advierten de otro posible riesgo en esa misma línea: el de que los datos de este miércoles lleven a algunos políticos a asegurar que la austeridad está funcionando, frente a lo que dicen sus críticos. También el Financial Times advierte contra esas interpretaciones interesadas por parte de los dirigentes políticos: “Los signos de crecimiento son muy débiles y queda aún pendiente la mucho más dura tarea de tapar los agujeros de los balances bancarios, el de acabar con la fragmentación del sistema financiero europeo, el de restablecer el flujo crediticio hacia a las empresas y el de promover el crecimiento económico y la creación de empleo”.

El editorial del diario británico también apunta una de las razones que podría estar detrás del cambio de signo que durante este mes de agosto se ha producido en los mercados financieros y que en lo que se refiere a España se ha traducido en un descenso de nuestra prima de riesgo, en buena parte atribuible a la subida de la alemana, que es indicador de referencia para medirla: el Financial Times dice que parte de ello puede deberse al habitual “torpor” veraniego de los mercados, lo cual podría coincidir con la opinión de los analistas más escépticos, que temen que en septiembre, o más adelante, vuelvan las dificultades para los títulos españoles.

Y una nota española más en el editorial del Financial Times: tras afirmar que buena parte de las tareas pendientes son responsabilidad directa de los políticos de cada país añade: “Sólo el presidente François Hollande puede hacer reformas esenciales para restaurar la competitividad francesa. Sólo los políticos italianos pueden regenerar un sistema de partidos que parece un obstáculo insuperable para la renovación económica. Sólo Mariano y su Partido Popular pueden aclarar el escándalo de financiación del partido, que mina la confianza de los ciudadanos en las promesas políticas de que a España le espera un tiempo mejor”.

En definitiva, que nadie ha echado las campanas al vuelo. No se puede negar que los datos de hoy suponen un cambio. Pero nadie se atreve a decir cuanto va a durar. Y en lo que a España se refiere, está claro que el crecimiento de la economía alemana y de la francesa –y también de la portuguesa, importante destino de nuestras exportaciones- son noticias positivas. Pero que no cambian sustancialmente la espantosa marcha de las cosas que aquí se registra. Entre otras cosas, porque nuestro PIB sigue cayendo: un 0,1 en el segundo trimestre. Por cierto, que algún portavoz del gobierno había dicho hace poco más de un mes que iba a crecer.

Este miércoles se han conocido los primeros datos positivos que la economía de la eurozona, en su conjunto, ha registrado tras casi dos años de recesión: el PIB de los 17 creció un 0,3 % en el segundo trimestre, con lo que, oficialmente, la recesión ha quedado atrás. El crecimiento de la economía alemana –un 0,7 %, superior a las previsiones más optimistas- es el principal responsable de esa evolución. Pero son justamente algunos diarios alemanes los que subrayan que los datos globales ocultan la realidad de la grave situación en la que siguen, sin cambios sustanciales, países como España e Italia, cuya incierta suerte sigue poniendo en cuestión el futuro de la moneda única.

“Si comparamos a Europa con un barco” –escribe el Frankfurter Allgemeine Zeitung- hay que decir que éste está inclinado y en situación inestable. Algunos camarotes están por debajo de la línea de flotación, y dentro de ellos la gente lucha por respirar. Otros flotan por encima del nivel del agua. Especialmente los de los ciudadanos alemanes, que apenas sienten directamente la crisis. En cambio, España tardará años en salir de la recesión“.