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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

En Italia ha ganado la abstención y ha perdido Beppe Grillo

En las elecciones municipales parciales de ayer y anteayer, en las que más de 7 millones de ciudadanos tenían derecho al voto, ha ganado la abstención y ha perdido Beppe Grillo y su M5S. Esa es la conclusión a la que hoy llega buena parte de los medios de comunicación italianos. En segunda instancia, otra valoración bastante compartida: al centroizquierda, al Partido Democratico, le ha ido bastante mejor que al PDL, el partido de Silvio Berlusconi. Lo cual supone un cierto respiro para el ejecutivo que preside Enrico Letta, exponente del PD. Aunque la abstención, que es también un palo al Gobierno, empaña en parte esa imagen.

Una vez más, los pronósticos de los sondeos han fallado clamorosamente. Prácticamente todos ellos auguraban un buen resultado al partido de Berlusconi y un descenso del centroizquierda. Pero el PDL ha perdido votos en todas las ciudades, particularmente en las de norte: en su bastión de Imperia y en capitales de provincia gobernadas por ese partido, como Brescia, Viterbo y Treviso, además de sufrir derrotas muy claras en Vincenza, Sondrio, Siena y Ancona. Aunque el fracaso más sonado ha sido en Roma, en donde su alcalde saliente, el ex - ultraderechista Gianni Alemanno ha pasado a la segunda vuelta con un 10 % menos de votos que su rival del PD, Ignazio Marino.

Por el contrario, el centro-izquierda ha conquistado ya en la primera vuelta 5 capitales de provincia y se ha colocado en cabeza para la segunda –en la que, sin embargo, nadie descarta sorpresas- en otras 11. En plena crisis interna, tras los decepcionantes resultados obtenidos en las generales de febrero –que provocaron la sustitución de Pier Luigi Bersani por el ex-sindicalista Guglielmo Epifani en la secretaría general- el Partido Democrático recupera algo de aliento.

Pero los datos relativos a la abstención limitan mucho también esos efectos. El más impactante es el que se refiere a Roma: en la capital de la república ha votado únicamente el 53 % del censo, casi 20 puntos menos que en las anteriores municipales. Esa noticia manda en todos los análisis y hace pensar que el “síndrome siciliano” –el 47 % de participación que se registró en las regionales de la isla el pasado mes de octubre- no es un hecho excepcional y que el fenómeno podría agravarse en el futuro: en el conjunto de las elecciones parciales de ayer, la abstención se ha acercado al 40 %, una cifra que no tiene precedentes en la historia de Italia, país que hasta hace poco alcanzaba siempre las más altas tasas europeas de participación electoral.

Está claro que una buena parte de los italianos se siente alejada del mundo de la política y que el nuevo gobierno de unidad parlamentaria auspiciado por el reelegido presidente Giorgio Napolitano –el único político que conserva algo de carisma popular- no ha logrado modificar ese sentimiento que viene ya de lejos. La novedad que han traído los resultados de las municipales es que los electores también han empezado a dar la espalda al Movimiento Cinco Estrellas del cómico Beppe Grillo, que en las generales de febrero –cuando obtuvo más del 25 % de los sufragios y se convirtió en el partido más votado del país- entró en la escena política como un grito de rebelión popular contra un sistema caduco, corrupto y mayoritariamente rechazado por la ciudadanía.

El M5S (“stella” es estrella en italiano) ha perdido entre la mitad y los dos tercios de los votos que obtuvo en las generales y ninguno de sus candidatos ha pasado a la segunda vuelta. Habrá que ver ahora si sus dirigentes o, mejor, Beppe Grillo, que sigue teniendo las riendas del movimiento, llaman a sus electores a votar al candidato del centro-izquierda, lo cual podría decidir la suerte de la segunda vuelta, sobre todo en Roma.

Los analistas coinciden en que la razón de esos catastróficos resultados hay que buscarla en la inexperiencia y en el errático comportamiento del M5S en estos últimos tres meses. En lugar de implicarse en la vida política, el movimiento se ha dedicado fundamentalmente a dirimir querellas internas. Las más sonadas han sido las relativas a los gastos de sus 153 parlamentarios y a las subvenciones estatales.

Asumida, no sin debate, la directiva de Grillo de que diputados y senadores habían de reducir a la mitad sus sueldos y renunciar a la financiación estatal, la batalla se centró luego, y hasta ahora mismo, en los detalles. En ella, Grillo mantuvo su postura intransigente: los parlamentarios han de devolver hasta el último céntimo que no puedan justificar como gasto. Y el momento más paradójico se produjo cuando la presidenta del grupo en la Cámara de Diputados consultó por lnternet a los militantes qué debía hacer, porque había perdido los justificantes: “Págalo de tu bolsillo”, le dijeron la mayoría de los que contestaron.

El otro asunto polémico en el M5S sigue siendo la prohibición impuesta por Grillo de hablar en los medios de comunicación: esa regla se respetó plenamente durante la campaña electoral que precedió a las elecciones de febrero, que se hizo por Internet o en los mítines. Pero luego no se ha cumplido. Hace unas semanas, un senador del M5S, Marino Mastrangeli, fue expulsado del grupo por haber participado en un debate en una de las cadenas de Berlusconi. Pero algunos días después, Grillo levantaba la prohibición y él mismo concedía una entrevista a uno de los grandes diarios. Como remate, ayer, el candidato del M5S en Roma, Marcello de Vito, atribuía sus malos resultados –logró sólo el 12,7 %, menos de la mitad de los votos que el movimiento obtuvo en febrero en la capital- a que los medios de comunicación le habían ignorado.

En las elecciones municipales parciales de ayer y anteayer, en las que más de 7 millones de ciudadanos tenían derecho al voto, ha ganado la abstención y ha perdido Beppe Grillo y su M5S. Esa es la conclusión a la que hoy llega buena parte de los medios de comunicación italianos. En segunda instancia, otra valoración bastante compartida: al centroizquierda, al Partido Democratico, le ha ido bastante mejor que al PDL, el partido de Silvio Berlusconi. Lo cual supone un cierto respiro para el ejecutivo que preside Enrico Letta, exponente del PD. Aunque la abstención, que es también un palo al Gobierno, empaña en parte esa imagen.

Una vez más, los pronósticos de los sondeos han fallado clamorosamente. Prácticamente todos ellos auguraban un buen resultado al partido de Berlusconi y un descenso del centroizquierda. Pero el PDL ha perdido votos en todas las ciudades, particularmente en las de norte: en su bastión de Imperia y en capitales de provincia gobernadas por ese partido, como Brescia, Viterbo y Treviso, además de sufrir derrotas muy claras en Vincenza, Sondrio, Siena y Ancona. Aunque el fracaso más sonado ha sido en Roma, en donde su alcalde saliente, el ex - ultraderechista Gianni Alemanno ha pasado a la segunda vuelta con un 10 % menos de votos que su rival del PD, Ignazio Marino.