Por contra de lo que se podría pensar, cada vez se ven menos coches en los salones del automóvil y más propuestas técnicas que evolucionan de forma independiente cada elemento que lo compone, a veces, hasta el paroxismo. Más que en conducir, los coches hablan de conducirse ellos solos, pero en condiciones idílicas. Más que proporcionar trayectos atentos pero descansados, se exhiben salones con ruedas en los que tirarse a la bartola. Y para moverlos, el motor de combustión interna deja paso indefectiblemente a motores eléctricos.
Así que como es marca de la casa, con esa mezcla de sensatez madura y al tiempo orgullosamente inconformista, Mazda ha presentado una muy realista versión del futuro compacto Mazda 3 y pilar de ventas, el Mazda Kai, y una gran berlina con forma de cupé, el Mazda Vision Coupe, cuyas proporciones cuando se trasladen a un futuro Mazda 6 harán palidecer a los actuales representantes de este estilo de carrocería larga, baja y muy ancha.
Mazda Kai: rotundo y pionero
El monosílabo Kai significa pionero en japonés, pero se le puede añadir el calificativo de rotundo porque en su lenguaje de diseño se han eliminado todos los elementos superfluos hasta dejarle ese aspecto esculpido que respira KODO por los cuatro costados. Si bien sus proporciones se dejaron ver el verano pasado en la presentación del proyecto de sostenibilidad a largo plazo de la marca, el envoltorio definitivo y su continuidad en el interior es inédito en Tokio.
Con unos tiradores de puertas y espejos retrovisores tradicionales, el Mazda Kai desvela un futuro Mazda 3 más deportivo y distinguido que nunca, con elementos en el frontal vistos pero evolucionados y una zaga completamente nueva, con un marcado declive, sin tercera ventanilla en el pilar C y con una firma lumínica eminentemente deportiva. El interior se articula sin duda en proporcionar una cantidad reducida de mandos exactamente a la mano, sin interferir en la atención a la conducción y respetando siempre la curvatura natural de la espalda para garantizar kilómetros minimizando la fatiga. Pocos mandos, que no poca información, porque el Mazda Kai presenta un evolucionado head up display, tecnología en la que Mazda confía para complementar una instrumentación analógica y funcional. Y aunque en un coche de concepto lo de menos suele ser el motor, en el Mazda Kai se habla explícitamente del novedoso concepto SKYACTIV-X. Un motor de gasolina de cuatro cilindros, sobrealimentado y con el primer motor de gasolina que usa un encendido por compression que combina consumo de diésel, limpieza de gasolina y eficiencia superior.
Mazda Vision Coupe: el gran turismo de libro
Manteniendo viva la llama de los grandes cupés, tradicionalmente asociados a los motores rotativos, el Mazda Vision Coupe bien pudiera ser el heredero de altura de la por el momento congelada saga RX. Al igual que el Mazda Kai, lleva hasta el extremo la limpieza de líneas y la ausencia de elementos superfluos, construyendo una carrocería que mantiene una enorme tensión a la altura de la cintura. Parece estar en movimiento aun permaneciendo parada, y a ello contribuyen decisivamente un prominente volumen destinado al capó, que rebosa por encima incluso de la calandra, y un cierre trasero corto y enmarcado entre las ruedas que recuerda a los más brillantes grandes turismos de finales incluso de los años setenta.
Elegancia y limpieza que continúa en el interior, en busca de una ergonomía que busca eliminar elementos superfluos con formas y volúmenes en la consola central y los recubrimientos de las puertas que hagan fluir el aire entre los asientos, los ocupantes y el imprescindible número de instrumentos orientados hacia el conductor. Un concepto arquitectónico muy conocido en Japón, el ma, que busca la armonía de los elementos de un espacio no fijándose solo en ellos, sino también en el espacio que hay entre los mismos. Crear una atmósfera agradable sin recargarla. Y siempre recordando que un coche, es para conducirlo, por lo que el triángulo entre volante, pedales, cambio y mandos siempre mira de reojo al otro concepto clásico de la marca: el Jinba Ittai, la conexión directa entre un jinete y su caballo.
¿Y cuándo los verás en la calle? Pues sabiendo cómo se comporta la marca desde que sus proyectos se construyen siempre sobre el diseño KODO del que ya te hablamos aquí, mucho antes de lo que imaginamos y mucho menos aligerados estéticamente que lo que hace cualquier otra marca.