La estrella de Mercedes relumbra en su nuevo Clase E Coupé
Los cupés están intrínsecamente ligados a la tradición de Mercedes-Benz. Ni el fabricante de Stuttgart se concibe sin estas carrocerías elegantes y deportivas ni la evolución de la industria automovilística se entendería igual sin estos modelos de la estrella. Ampliadas sus históricas Clases con la declinación G por la fiebre SUV (GLA, GLC, GLE, GLS), los cupés siguen manteniendo su apellido original: Coupé. El último en actualizarse, el Mercedes Clase E Coupé.
La principal noticia de esta nueva entrega es que se aleja de su hermano pequeño, Clase C Coupé, para aproximarse al coloso de dos puertas de Mercedes-Benz, el Clase S Coupé. Por su esbelto diseño exterior, por sus materiales y acabados interiores, y por su tecnología a bordo, nunca antes en sus tres décadas y cinco generaciones de existencia un Mercedes Clase E Coupé (a la venta desde 53.700 euros) se había posicionado en un plano tan exclusivo.
El nuevo modelo, basado en la Clase E berlina (también hay una declinación familiar -Estate- y en camino una descapotable -Cabrio-), estira notablemente sus dimensiones respecto a su antecesor. 12,3 centímetros más largo, 7,4 más ancho y 3,3 más alto que el Clase E Coupé saliente, el coche que llega a los concesionarios el próximo 30 de marzo ofrece 17 centímetros más para las piernas de los pasajeros traseros: ahora sí es apto como cuatro plazas.
Esta mayor habitabilidad no va en detrimento de su estampa deportiva. Al contrario, el aumento de la batalla -recortando el tamaño de los voladizos-, la suspensión deportiva de serie -que rebaja 15 milímetros la altura de la carrocería respecto a la berlina-, la eliminación de los marcos de las ventanillas o el estreno de los pilotos secuenciales de bienvenida al abrir o cerrar el coche, le confiere un aspecto menos burgués que el sedán.
El interior del Clase E Coupé hereda todos los elementos de lujo, confort, equipamiento e integración de los smarthphones ya conocidos de la berlina, destacando las dos pantallas contiguas de 12,3 pulgadas en el salpicadero, el piloto automático para aparcar a distancia o el DRIVE PILOT de asistencia a la conducción en carretera. Además, el cupé estrena el limpiaparabrisas inteligente MAGIC VISION CONTROL y dos nuevos acabados de madera con poro abierto o alto brillo para un habitáculo inmaculado.
De inicio, la gama está formada por tres motores, uno diésel (E 220d Coupé) y dos de gasolina (E 300 Coupé y E 400 Coupé), con potencias entre los 194 y 333 CV y todos ellos asociados al cambio automático de nueve marchas (9G-Tronic). El más potente, el E400, es el único que tiene seis y no cuatro cilindros, y tracción total y no trasera. A falta de las variantes AMG, también es el más rápido: necesita 5,3 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h.
Dinámicamente, el carácter del E Coupé puede variar (ligeramente) en función de la suspensión elegida. Además de la de serie, hay dos opciones más: una con amortiguadores de dureza variable (DYNAMIC BODY CONTROL) y una neumática (AIR BODY CONTROL) que modifica la rigidez y la altura de la suspensión. Con cualquiera de ellas, Mercedes-Benz ha confeccionado un coche cuyo comportamiento se asemeja más al de un gran turismo (suave, silencioso y cómodo) que al de un deportivo puro (más kilos y centímetros de los deseables).
